Capítulo 23. Lo Que Más Deseo

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Despedirse no fue sencillo. Dejar ir a Izuku fue de las cosas más difíciles a las que se había enfrentado en mucho tiempo.

Acostumbrado a tener el control de todo, aceptar que no podía controlar esto, le pegó directo en el ego.

Su recuperación entera tomó un par de semanas más después de la última vez que vio a Midoriya en persona, por supuesto, no fue la última vez que hablaron o lo vio en realidad. Ellos estaban conectados por FaceTime todo el tiempo, mensajeaban tonterías desde: "¿Qué comiste hoy?", hasta
"¿Me querrías aun si fuera un gusano?".

Tras los siguientes tres meses Katsuki se dedicó a terapias de recuperación y superación de estrés postraumático. Además de la espera de los resultados de la prueba de paternidad, incluso si la demanda fue retirada la prueba se hizo porque había un segundo alfa que deseaba saber el resultado (Iida), además aunque sabía que era poco probable, Katsuki seguía pensando que aunque sea mínima, seguía existiendo la posibilidad de que él fuera el padre.

Cayó en una mala época para los internos, los resultados de la prueba estuvieron listos justo un mes antes de los exámenes de internado. Iida tenía demasiadas cosas en la cabeza y aunque sus amigos se esforzaron por apoyarlo, el alfa no parecía seguro de lo que quería hacer cuando supo la verdad.

Iida no era el padre del cachorro.

Katsuki tampoco.

El momento de la revelación fue tremenda. Se citaron a ambos alfas en una sala de reuniones, Iida y Katsuki de un mismo lado de la mesa y Ochaco estuvo ausente, solo su abogado acudió como representante. Katsuki sospechaba que era porque probablemente ella sabía la respuesta desde el principio.

Cuándo el juez dio lectura a los resultados, la cara de Katsuki inevitablemente se iluminó. Evitar contacto con Ochaco era lo que más quería.

En cambio, la expresión de Iida cayó al suelo, Katsuki borró su alegría inmediatamente y se inclinó contra él para hacerle saber que lo entendía.

Él no estaba para nada sorprendido, pero para el alfa peli azul, que por lo que Izuku le había contado, se enamoraba demasiado fácil, la noticia probablemente habrá sido un shock.

No conforme con ello, faltando una semana para el examen, Iida atravesó el país para encontrar a Ochaco y reclamar, lo que fuera, para entender cuál era la necesidad de usarlo así.

—Estaba desesperada, supongo.

Fue lo que obtuvo. Iracundo, en ese momento solo atinó a jalarse el cabello con desesperación, ver a la mujer que pensaba que amaba con el vientre abultado, sola y marchitándose, le estaba doliendo en el alma.

—¿Al menos sabes quién es el padre?

Si fue verdad o no, solo ella lo sabría, pero él estaba tan enamorado que cuando ella negó, él le creyó ciegamente.

Iida no dijo nada, regresó, completó su examen, afortunadamente pasó, con el mínimo, dio las gracias y dejó el hospital tras eso.

.

—¿Así qué la siguió? —le preguntó Katsuki una noche de FaceTime a Izuku.

Izuku comía fresas sentado frente a una mesilla de té, llenándose las mejillas de la fruta como si fuera un conejo, asintió.

—Está enamorado, lo último que me dijo es que iban a comenzar a vivir juntos pronto, creo que están planeando mudarse a Hosu, pero siguen pensándolo.

—No creo que ella tenga inconvenientes, es buena en los que hace, seguramente la recibirán en cualquier hospital que solicite, e Iida tiene parientes en Hosu, así que pienso que les sería sencillo.

Anatomia según IzukuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora