Capítulo 22. Intentar

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Después de pasar un rato abrazados en silencio durante la noche, Izuku sintió la necesidad de preguntar algo que le tenía carcomiendo la cabeza durante toda la tarde.

—Tu mamá... Creo que es tu mamá, vino a verme durante la tarde. No tengo idea de qué es lo que sabe, pero no creo que me tenga en alta estima. Parece creer que yo me metí en tu matrimonio a propósito y... mencionó algo sobre que tú no debías estar en ese viaje.

Katsuki suspiró. —No tengo idea de qué esté pasando por la cabeza de mi madre, pero es mi culpa, ella quiere mucho a Ochaco y honestamente me preocupaba su reacción cuando le dijera que me estaba divorciando, estoy seguro de que era capaz de venir a la ciudad con tal de impedirlo.

—¿Tanto así la quiere?

—Más bien, debe ser por el hecho de que nunca le dije lo que Ochaco me hizo.

—¿Por qué no?

Katsuki se encogió de hombros, ellos no podían verse bien porque estaban recostados abrazados estilo cucharita, con Izuku siendo la pequeña, pero aun así cuando el omega volteo ligeramente para intentar verlo, el alfa miró hacia el lado contrario.

—La verdad es que ni siquiera lo pensé en aquel tiempo, las cosas se estaban poniendo tan extrañas que me olvidé de ella.

Izuku volvió a recargar la cabeza en el brazo de Katsuki bajo él.

—La cuestión es que planeaba decirle todo hasta que estuviera divorciado, entonces no podría hacer nada porque ya estaría hecho, y para nada se trata de que hubiera cambiado de opinión si ella se opusiera, es simplemente que quería evitar una situación como está, si ella venía estaba seguro de que se pondría de lado de Ochaco, ahora cuando se lo explique todo quizá no crea que Ochaco me montó los cachos primero.

Izuku soltó una risilla.

—Tu matrimonio suena como algo supertóxico.

Katsuki sonrió. —Por eso me estoy divorciando.

Después de que el alfa besara su frente, el omega suspiró.

—Eso no contesta mi pregunta.

—Solo había presupuesto para enviar a un titular, Inasa por ser el responsable de trauma era el elegido, pero yo quise ir. Kirishima me dijo que no podrían pagármelo así que le dije que estaba bien.

—¿Ibas a ir sin cobrar honorarios?

Katsuki sonrió, levantándose ligeramente para volver a besar su frente.

—Así de loco me traes.

Izuku sonrió mientras los brazos del alfa se apretaban a su alrededor, pero después de un momento, la sonrisa desapareció.

Ahora entendía el descontento de su madre. Él no creía honestamente que la madre de Katsuki fuera irrazonable como decía el alfa. Izuku estaba seguro de que si le explicaban la situación calmadamente comprendería todo.
¿Qué madre no estaría de lado de su hijo?

Pero esa era también la razón por la que comprendía su actitud. Independientemente de lo que la señora Bakugo creyera sobre él, era cierto que Katsuki había ido a ese viaje básicamente por su culpa, de no haber sido así, de haber sido de un modo diferente, esa pelea no habría sucedido y por consiguiente, el accidente tampoco.

Era su culpa.

—Sea lo que sea que esté pensando esa cabecita loca tuya, más vale que lo olvides de una vez.

—Si no hubieras ido...

—No es cierto, nada de eso es tu culpa, Izuku. Fue mía y solo mía. Tú ni siquiera me pediste que fuera, lo hice porque era lo que quería, así que no pienses que fue tu culpa. Todos estábamos haciendo lo que queríamos en ese momento, fue mi error, haberlo hecho mientras conducía.

Anatomia según IzukuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora