Capítulo 7. Situación

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Izuku dejó ir al alfa y Katsuki se arrodilló frente a él. Por un breve momento Izuku pensó que se le lanzaría encima, sus hombros estaban tensos, sus piernas temblaban y respiraba entre los dientes apretados.

Él se inclinó hacia atrás, contra el colchón, y jaló el cuerpo más arriba.

Katsuki tomó sus rodillas y él casi tembló. Rápidamente, el alfa se deshizo del cinturón y el pantalón de Izuku. Aunque él mismo tenía los suyos todavía en los tobillos.

Izuku quedó solo con ropa interior. No era el tipo de ropa que le hubiese gustado llevar en una planeada sesión de sexo, pero no importó ni un poco, porque apenas Katsuki pasó la nariz por encima, aspiró un poco y su ropa interior desapareció tan rápido que el propio Izuku jadeó sorprendido.

—Kacchan.

Intentó llamar, pero el alfa solo podía ver el paraíso entre sus piernas. El propio Katsuki elevó sus rodillas para que colocara los talones en el borde y comenzó a lamer el interior de sus piernas. Izuku gimió quedito contra la húmeda sensación.

Conforme Katsuki descendía entre sus torneadas piernas, Izuku no pudo evitar acariciarse a sí mismo, la sensación de sus propios dedos contra su piel caliente mientras cerraba los ojos, le provocaba la sensación de que Katsuki estaba lamiendo por todos lados. Aunque fuera él mismo.

Cuando Katsuki terminó por besar la ingle, Izuku se levantó sobre sus codos. Él usualmente no veía, pero aquí no pudo evitarlo, Katsuki le sonrió de lado con la lengua afuera, acariciando su labio inferior.

—Altanero —le dijo.

Pero apenas la palabra salió de sus labios, Katsuki lamió su pliegue.

Izuku gimió, su coño chorreó solo con la vista. Katsuki sonrió con la lengua entre sus pliegues, moviendo la punta en la unión de sus labios con su clítoris en forma de un pequeño pene.

Izuku rio. —¿Te diviertes?

Pero esta vez su cabeza cayó hacia atrás cuando Katsuki metió la pequeña extensión en su boca.

—¡Nnhg! —se dejó caer y se retorció contra las sabanas por las sensaciones de la boca de Katsuki.

Izuku no pudo evitarlo. En general a los alfas no les gusta dar placer con la boca, son poco los que toman la iniciativa. Así que, poco acostumbrado, supo que no podía tener el control de Katsuki.

Ancló bien los talones al borde de la cama y elevó las caderas, exigiendo más.

—Kacchan~

Katsuki ni se inmutó. Colocó las manos debajo de sus nalgas y bebió de él todo lo que su coño tenía para dar, con la nariz enterrada en su ingle y la lengua, moviéndose como una experta.

Izuku revolvía su propio cabellos moviendo las caderas contra la boca de Katsuki.

Cuando el alfa lo encontró pellizcando sus propios pezones, aguanto con una mano debajo de su espalda y llevó la otra a acariciar uno de sus pechos.

No eran tan grandes como los de una chica, porque a pesar de ser omega, Izuku seguía siendo un chico, pero sí eran más suaves y grandes que los de un alfa común. Eran ligeramente más prominentes y en general esponjosos, aunque no lo suficiente como para necesitar sostén.

Para Katsuki eran perfectos. Cabían perfectamente entre sus manos y la piel sobresalía entre los dedos cuando apretaba. Hermoso.

Cuando él mismo sintió que Izuku estaba gimiendo más agudo y sus piernas temblaban más, él se separó.

—¡Noo~! —se quejó.

Katsuki sonrió. Se puso en pie y salió de sus pantalones. Tomó a Izuku debajo de la espalda y lo recorrió más adentro en la cama, lo suficiente para que él estuviera adentro, bien apoyado, también.

Anatomia según IzukuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora