CAOS

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April, Ghail y Alexander no habían parado de bailar desde que habíamos llegado

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April, Ghail y Alexander no habían parado de bailar desde que habíamos llegado. Brindaban a cada tanto y continuaban bailando todas las canciones que sonaban. Increíblemente se las sabían y entonaban una tras otra. Estaban dando todo esta noche. No quise pensar en los desmadres que debieron haber hecho cuando eran tan solo unos universitarios virginales. Pensar en April virgen e inocente me la ponía a palpitar.

Ella se acercaba me daba un fugaz beso en los labios y se devolvía a la pista. Logan bebía tragos rápidamente con amargura, no estaba soportando tantas demostraciones de afecto que su "amiga" me daba. Otro que miraba con avidez los movimientos de April era el imbécil de Paul. Seguía sus pasos detenidamente sobre todo cuando se acercaba a mí, el rubio a su lado que ya me habían presentado pero descarté su nombre apenas lo escuché, estaba en la pista bailando con Ghail.

—¡Este lugar es increíble!—dijo April eufórica qsentándose a mi lado y tomando su coctel de la mesita que teníamos en frente.

—Increíble estás tú.—respondí besando su hombro desnudo. Me dedicó una hermosa sonrisa y besó con innecesaria delicadeza mis labios.

—No sabía que fumabas.—comentó cautelosa.

—No te preocupes. No es una costumbre, solo lo hago cuando estoy... insatisfecho.—susurré muy cerca de su oído. Ella me sonrió erótica y puso su mano en mi entrepierna -¿Qué más vas a torturarme, April?-

Aproveché que no había alacranes a la vista para ir al baño y acomodarme la entrepierna que comenzaba a doler. No veía por ningún lado a Paul y Logan había decidido bailar con una exuberante rubia en un patético intento de llamar la atención de April. Le pedí que me esperase justo allí aunque sabía que era poco probable que me hiciera caso.

Al entrar al baño me encontré con Paul de espaldas inhalando del dorso de su mano lo que parecía ser cocaína ¿Qué mierda? Al notar mi presencia se tambaleó cayendo en el suelo la siguiente línea que estaba por meterse en la nariz.

—¡Maldición!—se quejó pálido.—Casi me matas del susto.—le hice señas con la mano para que limpiará su nariz que estaba llena de rastros de la maldita droga.—Oye, Ethan...escucha, sobre lo que viste...—me viré para ver que clase de estupidez podría decir, bajó su mirada al suelo en cuanto notó la mía fría y despectiva.—...Solo no se lo digas a Ghail ¿De acuerdo?

Así que Ghail no lo sabía, o quizá si y creía que ya lo había dejado. Cual fuese el caso, Ghail no era mi asunto.

—No me interesa con que clase de basura te envenenas.—solté mirándolo a través del espejo mientras lavaba mis manos.—Solo mantén alejada tu porquería de April, por cierto en ninguno de mis locales se admiten drogas. Así que deséchala o te haré sacar a patadas.

—¿Entonces ustedes... en serio están juntos o es algo pasajero? Bueno da igual de todas formas, April está de suerte, con su situación...—se atrevió a querer especular.

TERCER ENCUENTRODonde viven las historias. Descúbrelo ahora