3. Dinámicas extrañas

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— ¿Más información?

—No hay ninguna droga en su sistema—dice Hongjoong leyendo el informe que le enviaron a la tableta—, tampoco licor, no hay nada en su registro médico que anuncie celos agresivos; así como tampoco tiene hormonas descontroladas ahora mismo.

—Es decir, un ataque errático queda fuera de discusión. —menciona Hoseok en la parte trasera del auto.

—Eso le quita justificación en caso de que esto se torne molesto—comenta Yunho frotándose la sien derecha—. ¿Qué hay de las interacciones con su familia? ¿Consiguieron testimonios al respecto?

—Nada que explique que lo hiciera—murmura Hongjoong. Lee a toda velocidad la información—. Todo apunta a que no ha tenido ni una sola razón para detestar a sus abuelos. Los vecinos aseguran que desde que llegó se comportó como un Alpha obediente y dulce. Les cuesta creer la posibilidad de que haya asesinado a los dos señores Jung. De hecho, llamaron por el mal olor. No por escuchar problemas. Eso es extraño.

—El problema sigue siendo que no hay explicación para él ahí, sus huellas, el arma y la falta de llamado a la comisaria; ahora sumemos que no parecer haber nadie que escuchara esa masacre. —Yunho trata de armar algo que no está ahí. Le faltan demasiadas piezas y es exasperante por decir lo mínimo.

—El por qué no llamó se explica fácilmente detective—burla el Omega en el asiento de pasajero—. Simplemente tuvo miedo.

Yunho chasquea la lengua. Sí, puede ser eso o que no supo qué hacer con los cuerpos. Hay una alternativa buena como una mala en todo esto y lo fastidia. Llegan a la urbanización donde reside Song Hwan-Joon. Las casas pomposas y elegantes separadas por muros altos.

Estaciona delante del portón y baja del auto. Hongjoong deja la tableta en el asiento.

—Song Hwanjoon, cuarenta y cinco años... Jung Woo-Young, quince años—Yunho levanta una ceja ¿Por qué el apellido materno? —. El apellido fue cambiado hace nueve años. No hay ninguna razón en específico.

—Un Omega con apellido materno no le duele a nadie. Lo sé por experiencia. —canturrea Hoseok, tocando al timbre y Yunho rueda los ojos. Menuda forma de ponerlo.

— ¿Hola? Residencia Song ¿Qué se le ofrece? —Hongjoong frunce las cejas y Yunho pone las manos en su cadera ¿Una empleada de servicio? Le pide espacio a Hoseok para hablar él.

—Soy Jeong Yun-Ho, detective del departamento de criminalística de Seúl—Se presenta—. Necesitamos pasar y hablar con el Sr. Song.

¡Oh! Empujen la puerta, ya voy a abrir.

Pasan y lo primero que encuentran es un jardín inmenso con muchos arbustos florales, una piscina bastante grande, sillas para broncearse, algunos juguetes inflables desperdigados por ahí. Apenas están en la puerta, esta es abierta por alguien desde dentro.

Es un adolescente. Se nota muchísimo que es un adolescente. Tras darles un vistazo se ríe y ladea la cabeza.

—Hola ¿Qué quieren? No sé si pueden pasar a la casa, mi papá no está aquí a esta hora. Está trabajando.

—Qué curioso que no estes en el colegio.

—No tenía supresores, mi celo viene pronto, así que no fui. —responde de forma tan rápida y casi mecánica que suena anómala. No obstante, no hacen ninguna señalización al respecto.

No deja de balancearse en sus pies. Como un niño juguetón.

—Ya veo... De todos modos, tenemos que hablar contigo. Es muy importante. Podemos esperar dentro. —Yunho le muestra la placa y Wooyoung la toma para analizarla. No hace mucho con ella. La mira, la frota con los dedos y parece causarle gracia la foto tan torpe de identificación.

Do you promise...? || YunGiWhere stories live. Discover now