37. ... que siguen creciendo

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— ¿Mingi? ¡Mingi responde...! Mierda-

Yunho se levanta apurado, aplasta su cabello cenizo con una mano, toma las llaves con la tora y corre al estacionamiento del edificio. El guardia del edificio está acostumbrado a sus salidas espontáneas o importantes, por lo que apena lo ve pasar delante suyo a prisa, se asegura de que todo esté abierto y pueda marcharse a donde necesite.

Yunho va a toda velocidad, marcando a Hongjoong—. Necesito que revises las cámaras del departamento. Mingi acaba de llamarme al borde de la histeria mezclada con un ataque de pánico diciendo que lo van a matar.

Llega en menos tiempo del habitual. En el camino al ascensor Hongjoong le envía un par de fotos tomadas desde su computador:

"Sí entraron, pero ya no debería haber nadie.
de todos modos ten mucho cuidado, no vayan a estar
escondidos para atacarte.

La cámara tiene algunos puntos ciegos después
de todo.

Sube al ascensor y marca con hastío, sintiendo que se mueve más lento de lo que ha hecho jamás. Lo primero que halla, es la puerta rota y los restos a un lado. Saca de su pantalón el arma reglamentaria y revisa cuidadosamente le departamento. Aparte de estar puesto patas arriba, no hay nada serio. Ningún disparo, mancha de sangre, incendio, nada.

Huele a miedo ¿Le hicieron algo? ¿Si lo alcanzaron? ¿¡DÓNDE ESTÁ!?

Revisa el armario, el baño y cuando trata de entrar en la habitación, no consigue abrir. Calcula lo más simpe: Mingi debió esconderse ahí dentro. Da toques suaves.

—Mingi, soy yo ¿puedes abrirme? —Silencio, no le extraña. Debe estar muy escondido. La paranoia se apodera de él por un breve segundo. Tal vez entraron hasta allá y hay un cadáver, no una persona. Eso explicaría por qué hay tanto silencio, por qué esta tan limpio—. Mingi, soy Yunho ¿Puedes abrir? —insiste empujando un poco la puerta y sin querer caer de la desesperación total—. Mingi, por favor, soy Yunho. Puedes abrir.

Aun nada.

¡SE LO LLEVARON! ¡O LO ASESINARON AHÍ DENTRO!

Inhala y exhala con fuerza. Puede ser que este bien, solo escondido y desconfiado. Sí, es eso. Debe ser eso. Hongjoong habría mencionado que entraron en ese cuarto. Dijo que no estaban en ninguna parte.

Fuerza más la puerta hasta lograr abrirla, empujando el mueble y abriéndose paso complicado hasta adentro. El desorden no muy distinto al habitual. El mueble no estaría así de ser un ataque y querían esconder el cadáver. Avanza hasta el armario y lo abre de un tirón. Da un respiro de alivio.

Está vivo.

Está intacto.

Se agacha y lo toca con cuidado, lentamente. Primero recibió una exclamación, un pequeño salto de susto; luego temblores y por último, que Mingi pueda sacar la cabeza de su escondite y verlo. Que se dé cuenta de que quien está aquí no es un asesino a sueldo, un asaltante o algún otro malviviente. A Yunho lo asombra la capacidad de intensificar un llanto que ya era fuerte.

El movimiento es torpe, angustioso. Mingi se abalanza a Yunho, derribando por accidente al oficial. Lo abraza con todas sus fuerzas y esconde el rostro en su pecho. Yunho le acaricia la cabeza, con la esperanza de que así calme un poco el llanto escandaloso y patético.

Lo que sucede en su lugar, lo sorprende:

—No me dejes. N-no mme dejes—pide Mingi aferrado con tanta fuerza que no coincide con su cuerpo delgado y débil—, por favor no me dejes-

—Tranquilo, Mingi, solo fue un susto-

—No quiero que- que me abandones tú también—gimotea sonando como un niño—, t-todos me dejan. No me dejes. No me dejes.

Do you promise...? || YunGiWhere stories live. Discover now