Habían pasado ya varios días desde que Sana lloraba con dolor en esa habitación.
No había ido al trabajo hace exactamente 5 días, por lo que los trabajadores de la empresa empezaron a preocuparse.Sana siempre había Sido una persona muy responsable y puntual, y el hecho de que faltara tanto tiempo al trabajo sin duda significaba que algo pasaba.
Momo y Mina trataban de animarla para que cumpliera con sus actividades diarias, pues la japonesa del medio no tenía las fuerzas para levantarse de aquella cama, solo podía hacerlo cuando iba al baño, ya que ni siquiera quería comer. Sus hermanas estaban muy preocupadas por ella, habían llevado varios doctores a la casa, pero siempre decían lo mismo, "No tiene nada de que preocuparse" ¿Qué clase de respuesta era esa? Se preguntaban.
Mina, que había estado viviendo en casa de Sana hace varias semanas, sabía que ella no estaba para nada bien, su inseguridad y miedo había crecido conforme pasaban los días, aumentaba cada vez y eso no era para nada bueno.
- Sana, tienes que comer, aunque sea un poco, por favor - le rogaba Momo a su menor acercando la comida a su boca.
Sana solo se apartó y se quejó.
- No puedes seguir así, Sana, no estás bien.
- Ya lo sé, no tienes que repetirlo - dijo cerrando sus ojos tratando de volver a dormir como lo había estado haciendo todo este tiempo.
- No es posible que estés así solo por tu inseguridad, eso no está para nada bien Sana-ssi - le decía mientras pasaba la mano por su cabeza sobándola.
- No quiero escuchar eso otra vez Momo, puedes llamar a Mina? Quiero pedirle un favor.
- Está bien, iré a comprarte algunas cosas y luego vengo - le recordó para finalmente salir de la habitación llamando a Mina que se encontraba en el sofá, quien entró rápidamente.
- ¿Que necesitas, Sanita? - se acercaba a la cama para sentarse junto a ella.
- Mina.. llámala, por favor.
- ¿En serio quieres que la llame? ¿Estás segura? - Lo dudó por un momento.
- Estoy más que segura, necesito verla - afirmó con su tono serio.
- Lo haré, pero no sé si venga.
- Créeme, ella vendrá.
-
7:56 P.M, la puerta de la casa había sido tocada.
- Hola, Hyo - dijo la menor abriéndole la puerta invitandola a pasar.
- Todo bien Mina, ¿Cómo sigue Sana? - preguntaba mientras jugaba con sus dedos.
- No ha mejorado, no quiere comer ni se levanta de su cama, ella me pidió llamarte.
- Oh, bueno... ¿puedo verla?
- Por supuesto que si, mira, es esa puerta de allá - la volteó a ver nuevamente.
- Bien, iré a ver qué es lo que necesita.
Mina se dirigió a la cocina, pensando en que era lo que iba a pasar si Miyeon llegaba y veía a una desconocida junto a Sana, tal vez nunca estaba con ella, pero lo tóxica que siempre había sido simplemente era increíble.
Jihyo entró cuidadosamente a la habitación, viendo a una Sana dormida envuelta en varias sábanas.
Se acercó a ella sentándose en el borde de aquella cama para intentar despertarla, verla ahí, tan tranquila durmiendo, despertó sentimientos en Jihyo, se veía tan linda que hubiera querido abrazarla en ese instante.
Acercó su mano para moverla suavemente para así despertarla, aunque apenas la tocó se dió cuenta de que su cuerpo se encontraba muy caliente.
- Por dios, está hirviendo - susurró destapando su cuerpo.
Sana se removió y abrió sus ojos lentamente, encontrando los lindos ojos oscuros de Jihyo.
- Hyo - sonrió - Sabría que vendrías.
- Mina me dijo que me necesitabas, aquí estoy para eso - devolvió la sonrisa.
- ¿Me cuidarás? - preguntó algo nerviosa por la repuesta que obtendría.
- Oh Cariño, si es lo que necesitas, por supuesto que te cuidaré - afirmó extendiendo su sonrisa - Ahora, voy a ir por una toalla con agua fría, tienes fiebre.
Sana asintió viendo salir a la menor, aunque fue en un abrir y cerrar de ojos cuando volvió a entrar.
Puso cuidadosamente la toalla en su frente y colocó el vaso de agua que le trajo sobre la mesita de noche.
- No tomarás medicamentos, solo si aparece dolor de cabeza u otros síntomas, en cambio, vas a hidratarte bien y lo más importante, vas a volver a comer, nada de decir que no a la comida, tienes que recuperarte.
Sana se sorprendió, no podía creer el nivel de atención de Jihyo, se sentía bien estar con ella.
- ¿Vas a venir todos los días? -
- No lo sé, no tengo quien cuide de Haewon, además el trab - Sana interrumpió.
- Jeongyeon puede cuidarla, además, puedes venir solo en las noches, no tienes por qué hacerlo de día - intentó convencerla.
- Bueno... - hizo una pausa - Si Jeong puede cuidarla, entonces si podré venir todos los días hasta que te recuperes - le mostró su sonrisa.
- Eso está genial, gracias por venir, y preocuparme por mi Jihyo.
- No hay de que, Sana, si me necesitas, llámame, me tengo que ir, recuerda comer bien, mañana vendré un poco más temprano - dijo levantándose de la cama dirigiéndose a la puerta.
Lo que quedaba de la noche transcurrió con normalidad, ahora Sana si quiso comer, eso fue algo que puso muy feliz a sus dos hermanas, pues ella misma les había pedido que le hicieran su cena, luego de comer se propuso dormir.
Lo único que pasaba por la mente de Sana era Jihyo, ya quería que se hiciera de noche otra vez para tener que verla, no sé preocupana en lo absoluto por Miyeon, ya que esta últimamente llegaba de madrugada, así que no se toparian, de ninguna manera.
Pudo cerrar sus ojos y duró solo unos minutos para quedarse dormida, eso era algo que se le había dificultado estos días, podía dormir todo el día, pero en la noche nunca lograba conciliar su sueño debido a las tantas preocupaciones que tenía en la cabeza. Por suerte, luego de ver a la pelinegra, sus preocupaciones ya no existían, si que hablaba en serio cuando decía que Jihyo la hacía sentir muy segura.
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"Sálvame" [Sahyo]
RomanceMinatozaki Sana, una mujer de nacionalidad Japonesa de carácter un poco duro, dueña de una de las empresas más prestigiosas de Corea, ubicada en Seúl. Park Jihyo, una chica surcoreana muy dulce y tímida que entra a trabajar en la empresa de Minatoza...