Capítulo 16

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Un fuerte golpe que la derribó contra el suelo frío fue lo primero que sintió Jihyo apenas pasó por el marco de la puerta, a pesar del golpe que la dejó agonizando, logró ver cómo unos brazos largos y delgados tomaban a su pequeña hija de sus brazos mientras esta no dejaba de llorar al ver a su madre tirada en el suelo.

— Maldita zorra —. Escuchó decir a aquella voz que le causó miedo. — Será mejor que te alejes de mi novia, si no quieres que tú y tu hija sufran las consecuencias —. Bajó a la pequeña que aún lloraba queriendo zafarse de los brazos de aquella entidad desconocida e irse con su mamá. Lo siguiente que sintió Jihyo fue una patada en el estómago y como la levantaban para darle una bofetada y terminara de nuevo en el suelo.

— Tienes una advertencia, cuídate las espaldas, zorra sucia —. Dijo para simplemente salir de la casa.

Unos minutos después de lo sucedido, Jihyo pudo reaccionar y se levantó lo más rápido que pudo, aunque no sirvió de nada, volvió a caer adolorida tocándose el estómago.

— Ah. Duele —. Se quejaba la Coreana en voz alta.

Haewon estaba dormida a su lado, como siempre, la infante solía dormirse muy rápido cuando estaba cerca de su madre. Jihyo intentó levantarse de nuevo, está vez moviéndose un poco más lento debido a su dolor y a la pequeña que dormía cerca de ella. Cuando logró levantarse, tomo su teléfono para llamar a Nayeon, se habían hecho muy amigas conforme pasaba el tiempo y tenían un vínculo muy especial.

— ¡Jihyo-ssi! —. Detectó la emoción de su mejor amiga a través de la otra línea del teléfono. — ¿Que tal estás? — preguntó con un tono suave la Coreana mayor.

— Nay, necesito tu ayuda, ven a mi casa lo más pronto posible por favor —. Inmediatamente Nayeon se preocupó, el tono de Jihyo se escuchaba tosco, como si no pudiera respirar. — ¿Estás bien? ¿Que te sucedió? — Comenzaba a desesperarse.

— Nayeon, solo ven por favor —. Dijo, solo para colgar la llamada y sentir sus mejillas húmedas por las lágrimas que comenzaba a derramar por el dolor fuerte que tenía.

Por otro lado, Nayeon, que estaba en su apartamento, salió corriendo de ahí al estacionamiento para tomar su auto y tomar el camino hacia la casa de Jihyo.
Estaba preocupada por la llamada que le había hecho la antes mencionada hace algunos minutos.

Llegó y dejó el automóvil mal parado, en cambio corrió hasta la puerta de la vivienda y tocó con desesperación, hasta que la menor abrió la puerta, la preocupación creció más cuando Nayeon vió su cara sin color aparente, estaba tocándose el abdomen, haciendo el mayor esfuerzo por moverse, aunque se notaba que ya no podía.

— ¡Hyo! ¡¿Que demonios te pasó?! — preguntaba alterada la mayor.

— Nay… alguien entró a casa y me amenazó, e incluso me golpearon muy fuerte en el estómago, me duele demasiado, ayúdame, por favor —. Suplicaba llorando mientras se desvanecía en el suelo.

— ¡Maldición! —. Se tumbó en el suelo con Jihyo, tocó desesperadamente su pantalón para encontrar su celular y llamar a una ambulancia. Esta llegó unos 5 minutos luego de hacer la llamada, la mayor se encargó de llamar a Jeongyeon, contándole la situación, pidiéndole que viniera al hospital con ella.

— Llego en 10, voy lo más rápido que pueda, amor —. Decía Jeongyeon con la voz preocupada, colgando la llamada que le había hecho su esposa.

Jihyo se encontraba en sala de urgencias, pues el dolor en su abdomen cada vez aumentaba más y más, tuvieron que inyectarle varios sedantes, pues la mayoría no hacían efecto, y los pocos que si lo hacían, duraban muy poco.

— Tendremos que hacerle varios exámenes para determinar con exactitud que es lo que tiene, lo más probable es que por los golpes los órganos de la paciente hayan sido lastimados —. Explicaba el doctor a la pareja de casadas que prestaban mucha atención.

— ¿Ella estará bien, doctor? —. preguntó la menor. — Oh si, les aseguro que los estará, solo necesitará varios días de reposo y cuidados constantes —. Sonrió para dirigirse de nuevo a su área.

— Ahora podemos estar más tranquilas —. Jeongyeon asintió — ¿Llamaste a Sana? —. Preguntó.

— Obvio la llamé, te aseguro que estará aquí en un santiamén — río.

— De eso estoy más que segura, solo ella no se ha dado cuenta de que se está enamorando poco a poco de Jihyo — ahora reían las dos.

— Quien lo diría, parece que a doña hielo ya le están descongelando su frío corazón — no podían dejar de reír, imaginarse a la fría Sana enamorándose de su empleada, vaya, eso sonaba irreal, pero no lo era.

"Sálvame" [Sahyo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora