𝐒|| "No importa cuantos años han pasado, sigo sin poder olvidarte Mily"
「Donde Emily y Lando tenían la relación perfecta, pero luego de tres años ella desaparece sin dejar nada más que una carta」
O
「Donde Emily dejo a Lando para que pudiera cumpli...
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🗓️ January, 2023 📍 Madrid, Spain 👤 Emily pov:
Al abrir la puerta de mi casa, el primero en salir a recibirme fue Milo, mi pequeño gatito de dos años. Me agaché para tomarlo entre mis brazos y hacerle mimos mientras me acercaba a la sala, donde escuché a mis hermanos y a mi pequeña hija.
Lo primero que vi al llegar fue a mi hija con un vestido de princesa y a mis hermanos con espadas de juguete en las manos. Entonces, por los altavoces comenzó a sonar la intro de "Accidentally in Love" de Counting Crows, la canción favorita de los tres porque aparece en Shrek 2, una película que aman con locura.
Se miraron entre ellos durante unos segundos y luego empezaron a cantarla a gritos mientras bailaban. Aquella escena me hizo sonreír; era un momento que quería atesorar para siempre. Dejé a Milo en el suelo, saqué mi celular del bolsillo trasero y los grabé un rato antes de unirme a ellos.
"All this love melting under blue skies Belting out sunlight, shimmering love Well, baby, I surrender to the strawberry ice cream Never ever end of all this love Well, I didn't mean to do it But there's no escaping your love"
Gritamos los cuatro a la vez con una sonrisa y nos movíamos al ritmo de la canción. Al terminar, tomé a Sarah en brazos, abrazándola y llenando su rostro de besos, lo que la hizo reír.
Verla reír me hizo acordarme de su padre. Tienen la misma risa. Sarah estaba por cumplir cuatro años y cada vez se parecía más a Lando; era, literalmente, su versión femenina.
Lo único que había sacado de mí era la forma de la nariz, bastante perfilada como la mía. Nada más.
Era todo él. Incluso hacía los mismos gestos: cuando algo le disgustaba o enojaba, fruncía el ceño de la misma forma; cuando estaba triste, ponía el mismo puchero; y cuando sonreía, se le formaban los mismos hoyuelos en las mejillas. ¡Incluso al comer se parecía a él! Hacía el mismo gesto cuando disfrutaba de la comida.
—Mami, ¿podemos ir al parque, por favor? —rogó la pequeña entre mis brazos, mientras ponía ojitos de cachorro y formaba un puchero con los labios.
Sonreí y asentí en respuesta. Ella chilló feliz y me pidió que la bajara, para luego correr hacia su habitación a buscar quién sabe qué.
—Nosotros ya nos vamos —avisó Will al ver a Sarah desaparecer de nuestra vista.
—¿No quieren venir con nosotras al parque? —pregunté, sonriendo levemente.
—Nos gustaría, pero tenemos que hacer unos mandados para mamá y papá —respondió Marcus, por lo que asentí, comprensiva.
—Despídanse antes de irse, o la próxima vez que los vea no les hablaré —dije, sonriendo con burla.
—Obvio que nos vamos a despedir, no queremos que nuestra pequeña nos odie —respondió Will, escandalizado.
Cuando Sarah apareció nuevamente, salimos los cuatro de la casa y mis hermanos se despidieron de ella en la entrada, prometiéndole volver a la mañana siguiente para jugar antes de irse.
Luego de eso, caminé con Sarah al pequeño parque que había cerca de nuestro hogar.
Vivíamos en un área residencial privada, así que había tres parques ubicados en distintos puntos. Pero, por obvias razones, siempre íbamos al que estaba más cerca de casa.
Sarah sostenía mi mano mientras daba pequeños saltos y tarareaba una de las canciones de la película Tinkerbell.
Al llegar, corrió hacia el tobogán, donde ya había varios niños jugando, y se unió a ellos. Por mi parte, me dirigí a una banca vacía cercana, me senté y me dediqué a observarla jugar.
—Hola, disculpa, ¿está ocupado? —preguntó una voz masculina, haciéndome girar para ver de quién se trataba. Me topé con un hombre castaño, de ojos marrones. Era bastante atractivo, cabe recalcar, pero no fue eso lo que captó mi atención, sino el hecho de que se me hacía conocido de algún lugar, aunque no lograba recordar de dónde.
Al volver a la realidad, sonreí y negué levemente con la cabeza, indicándole que podía sentarse a mi lado.
—Soy Carlos, Carlos Sainz —se presentó, estirando la mano hacia mí.
Sonreí y la estreché.
Definitivamente había escuchado ese nombre en algún lugar, pero mi mala memoria no me permitía recordar dónde.
—Emily O'Connor —me presenté.
—Un placer conocerte, Emily.
—Igualmente, Carlos.
Hablamos durante un rato. La verdad, Carlos era un hombre bastante amable y divertido.
—Y cuéntame, Emily, ¿qué te hizo venir hoy al parque? —preguntó con una sonrisa.
—Mi hija —contesté, sonriendo levemente mientras observaba su reacción. A diferencia de otras personas, él no hizo ninguna mueca de disgusto. Claro, se lo notó sorprendido al principio, pero nada más.
Antes de que Carlos pudiera decir algo, Sarah se acercó corriendo hacia nosotros y se detuvo frente a mí.
—Mami, tengo sed, ¿me puedes dar mi botella de agua, por favor? —pidió con amabilidad.
—Claro que sí, bebé —respondí, entregándole la botella con una sonrisa. Ella la llevó a sus labios y bebió hasta quedar satisfecha, para luego devolvérmela.
En ese momento, se dio cuenta de la presencia de Carlos, pues se giró a verlo y ladeó levemente la cabeza, observándolo con curiosidad.
Carlos, por su parte, la miraba sorprendido, e incluso parecía en estado de shock, lo cual me preocupó, así que toqué levemente su brazo para hacerlo reaccionar.
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Author Note; Hola, gente bella. ¿Como están?
Aquí les traigo una pequeña maratón de 2 capítulos por lo días que estuve desaparecida.
En fin, Emily y Sarah conocieron a Carlos 👀
Oigan Carlitos es muy importante para el reencuentro entre Em y Lando, aparte creo que les encantará la relación que tendrá con Em y Sarah.
