𝐒|| "No importa cuantos años han pasado, sigo sin poder olvidarte Mily"
「Donde Emily y Lando tenían la relación perfecta, pero luego de tres años ella desaparece sin dejar nada más que una carta」
O
「Donde Emily dejo a Lando para que pudiera cumpli...
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🗓️ March, 2023. 📍 Manama, Bahrain. 👤 Emily pov;
Por un momento pensé que mi alarma sería lo que me despertara, pero estaba muy equivocada.
Lo que me despertó fueron las pequeñas manos de mi hija recorriendo mi rostro y sus dulces besos en la mejilla.
Sarah siempre ha tenido ese sexto sentido para saber cuándo estoy deprimida, y suele arreglarlo dejando besos en mis mejillas y dándome "abrazos de oso", como ella los llama.
Cuando abrí los ojos, estaba observándome con una de sus preciosas sonrisas.
—Buenos días, mami —susurró, dejando un beso en mi mejilla.
Yo envolví un brazo alrededor de su pequeño cuerpo y la atraje hacia mí para abrazarla.
—Buenos días, mi cielo —murmuré, devolviéndole el beso.
Ella se levantó y comenzó a saltar en la cama mientras yo pensaba en cómo convencerla de faltar al circuito hoy.
—Cielo, ¿qué te parece si hoy no vamos al circuito y exploramos un poco la ciudad? —pregunté, haciendo que dejara de saltar—. Podemos ir a un lugar de juegos y luego por un helado.
Su ceño fruncido me dio a entender que no estaba muy convencida, así que continué:
—También podemos ir a comprar ropa o mirar algunas obras arquitectónicas que hay cerca para que tomes muchas fotos.
Cuando su expresión se suavizó, suspiré aliviada. Eso la convenció.
Una menos, me faltan dos.
Me levanté de la cama y caminé hacia la maleta para sacar la ropa que usaríamos hoy.
Para mí, escogí un vestido blanco corto, unas zapatillas blancas y una cartera beige como accesorio.
Para Sarah, elegí un vestido blanco floreado y zapatillas blancas. Le pondría sus joyitas como accesorios.
Con la ropa lista sobre la cama, me dirigí al baño para preparar la bañera, y cuando estuvo lista fui a buscar a Sarah.
Nuestro baño, como siempre, fue entretenido: cantamos y hablamos de lo que nos gustaría hacer durante el día.
Al salir, la vestí y la senté con su tablet mientras yo me arreglaba.
Cuando estaba terminando de colocarme el labial, tocaron la puerta. Dejé el labial a un lado y caminé hacia ella.
Al abrir, me encontré con Carlos.
—¿Listas? —preguntó con una sonrisa, dejando un beso en mi mejilla.
—En realidad... —empecé a responder, pero fui interrumpida por mi pequeña, que corrió a saludarlo.
—Padrino, mi mami y yo iremos hoy de paseo —le contó Sarah tras saludarlo.
