Epilogo; en esta vida.

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[...]

—Y fue así como el omega que no lo parecía se enamoró de un alfa alto, guapo, fuerte y perfecto, fin.

— ¿Y ya?

— ¿Qué quieres decir con "y ya"?

— ¿Sólo eso?, que poco real.

—¿Poco real?, ¿tú que sabes de realidad?, tienes seis años.

—Tío Colín eso es tonto, ¿quién se enamoraría de un alfa tan grosero y terco como ese?

Colín ve como la niña pelinaranja se cruza de brazos molesta.

—¿Grosero y terco? —repite. — ¿Tu que sabes de alfas?, tu padre es un beta.

—Lo conozco a usted. — responde.

Celine Deluc-Raincomprix era hija de Samuel, su mejor amigo y otra mitad, y de un tal Liam. Tenía seis años recién cumplidos y aunque siempre terminaban discutiendo porque tenía el temperamento de Samuel y era confianzuda y sincera como Liam, se llevaban bastante bien. Claro, solo al diablo mismo se le ocurría poner en camino de Colín a alguien así.

La quería, claro, pero esta niña lo estresaba como nadie.

—¿Y te parece que soy terco y odioso como dices?

—A veces sí.

—Ridículo. — le dice. —Justifica tu odio por el alfa de la historia.

—Si yo fuera ese omega de la historia, hubiera dejado morir al alfa, ¿por qué los alfas complican todo innecesariamente?

—Pues serás feliz cuando me muera, espero no tardar mucho para alegrarte. Además...— la señala. — ¿Por qué hablas así?, eres una bebé, ni siquiera tu padre usa esas palabras...

Los ojitos de la niña se cristalizan.

—¿Se va a morir, tío Colín?

El rubio entra en pánico al verla. No es bueno consolando a las personas.

—No... digo, si, lo haré eventualmente, pero...

— ¡No quiero que se muera!

—¡Yo tampoco quiero morir!, ¿por qué lloras?, no llores...—intenta calmarla.

Ella se lanza a abrazarlo.

— ¿Si digo que amo a los alfas va a vivir hasta los mil años?

—Tus gustos y orientación no definen mi esperanza de vida, Céline.

Ella llora más fuerte y se cuelga del hombre.

— ¡No se muera!

—Si no dejas de llorar, papá Sam va a matarme.

En ese momento entran Samuel, Liam y Mario, como si los hubieran invocado.

— ¿Qué haces, corazón?, ¿por qué Céline y tu lloran? — pregunta Mario.

Los habían dejado solos unos minutos, no habían tardado ni una hora afuera buscando las cosas para la comida; ¿por qué siempre que dejaban a los niños con Colín terminaban en lágrimas?

—¡Tío Colín se va a morir!

— ¿Otra vez? — bromea Liam. Los dos omegas le golpean.

—¿Qué ocurrió? —insiste el azabache, acercándose.

—Le conté la historia del alfa guapo y el omega grosero a Céline, pero no le gustó.

—¿Le contaste esa historia fea? — pregunta una niña rubia de ojos azules, riendo. —Es obvio que ella iba a odiar al alfa feo, a nadie le gustaría alguien así.

Pêche  [Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora