8. Durazno podrido.

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[...]

Colín empieza a sentirse ansioso. Su lobo parece preocupado, alerta, como si su omega lo necesitara y...

¿Su omega?, ¿en que diablos estaba pensando?, el único omega al que reconocía era a Samuel, y él estaba dormido tranquilamente a su lado. ¿Qué otro omega existía en su vida?, exacto; ninguno.

Decir que Lordbug era estúpido. ¿Cuándo en su civil vida lo volvería a ver?, solo en algún ataque akuma y dudaba mucho que el héroe dejara de lado al villano solo para acercarse a saludar.

Era estúpido para él tratar de reconocer al héroe como omega de su manada porque para empezar ni siquiera lo conocía. ¿Qué tan tonto debería ser como para formar lazos con alguien tan lejano?, ¿acaso quería morir?

Siempre obedecía a su lobo, por más que este se empeñara en dejarlo en ridículo y en denigrar a su persona pero esta vez estaba siendo extremadamente ridículo.

Lordbug no era omega de su manada. No era su omega.

Y no dejaría que esos absurdos pensamientos y sentimientos de dos días le arruinaran la vida.

Un crujido se escucha en el lúgubre silencio que se forma en la clase de álgebra. Sus ojos viajan al origen del ruido y nota que Aly habla con Mario; están cerca y el moreno lo toma del hombro con preocupación.

Su lobo gruñe y él frunce el ceño.

¿Por qué le molesta tanto?

Mario gira su vista y sus ojos se encuentran, nunca les había prestado atención realmente, ¿o si? No lo recuerda, siente que es la primera vez que los ve.

Ese azul cielo se opaca y oscurece, como queriendo llover. Sus ojos se inundan y Colín siente su sangre hervir. ¿Aly había dicho o hecho algo?, ¿por qué Mario se veía tan lastimado?, ¿por qué se veía tan triste?

Odiaba aquel puchero, quería borrarlo, quería levantarse de su asiento e ir a él, tomarlo de las mejillas y obligarlo a no abultar sus labios de manera tan funesta.

Siente que su cordura lo abandona cuando ve unas lágrimas correr por las mejillas ajenas.

Su lobo no sólo gruñe enfurecido; araña, ladra y quiere saltar a atacar a todo aquel que esté cerca del azabache.

—Perdón, no me siento bien. — lo escucha excusarse antes de salir del salón, casi corriendo.

Todos parecen confundidos.

El lobo de Samuel nota algo raro en el alfa después de unos momentos y lo obliga a despertar.

—¿Colín, estás bien?

Pero él no responde, sólo sale del salón. Importandole poco los sermones que el profesor empieza a dar.

¿Por qué llora?

Ese aroma, lo estaba oliendo justo ahora.

Durazno.

Puede reconocerlo, ahora sabía que lo haría en cualquier lugar, aún estado rodeado de miles de aromas más.

Pero esta vez no le agrada. Lo detesta.

Camina apresurado por los pasillos hasta llegar al patio que está frente a la entrada principal.

Los alfas de otra clase están haciendo un círculo de manada, como siempre hacían. Y como era costumbre, parecían pedirle a Mario que se uniera.

Lo ve negar preocupado, sus ojos todavía se ven llorosos y su aroma...

Pêche  [Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora