Chuea

Capítulo 9

Perth estaría más que feliz cuando Krist le dijera que se sentía atraído por un hombre. Se burlaría de él sin piedad, pero estaba acostumbrado a eso.

Entonces ahora que sabía que Gawin era libre, ¿qué era lo que iba a hacer? Antes de hoy, era algo que de cualquier manera no iba a buscar porque Gawin estaba en una relación. Bueno, ahora esa relación era pasado. ¿Krist quería llegar a más? ¿Estaba listo para todo lo que eso conllevaba? ¿Estaba realmente considerando el tener sexo con un hombre?

Krist seguía reflexionando cuando salió de la ducha. Gawin lo estaba esperando en el salón de suite en el Wachirawit mientras Krist se ponía presentable. Una mirada al espejo de la ducha le dijo que necesitaba afeitarse, así que se cogió un poco de tiempo extra para hacerlo.

¿Realmente quería joder con un hombre? Usualmente la respuesta sería no, pero esta noche las cosas eran diferentes. Gawin era diferente. Tenía la sensación de que no le molestaría con Gawin.

Se miró fijamente en el espejo y pasó su mano por el ahora suave mentón. Se puso sus mejores vaqueros, los únicos que sabía que se amoldaban a su trasera y enfatizaban sus formas, y sacó una camisa naranja oscuro que alguien le había dicho alguna vez que hacía que sus ojos se vieran más profundos y su pelo más brillante. Por alguna razón, sus ojos se veían más grandes esta noche y él contaba con eso como un bono extra.

Encogiéndose de hombros, dejó desabrochados dos botones de la camisa, dejando que se abriera hasta la mitad de su pecho, y salió del cuarto de baño.

Se veía bien, si podía decirlo él mismo. ¿Podría Gawin pensar eso? ¿Podría Gawin si quiera pensar en joderlo?

<<Sólo toma lo que llegue>> se dijo a sí mismo.

Cogió la tarjeta llave de la cómoda y la colocó en el bolsillo trasero mientras entraba en el salón.

Gawin estaba sentado en el sofá, sus codos en las rodillas y la cabeza inclinada leyendo el periódico que estaba abierto sobre la mesa baja frente a él. Levantó la vista cuando Krist entró y se congeló.

Krist se dirigió hacia Gawin, consciente de que se estaba contoneando. Consciente de que le estaba dando un movimiento extra a sus caderas. ¿Qué infiernos era eso? Él no había eso con una chica. Pero al igual que el pecho desnudo de antes, sus movimientos tuvieron el mismo efecto deslumbrante.

Cuando Gawin se puso de pie, sus ojos estaban fijos en la cara de Krist, pero casi inmediatamente bajaron a su ingle. Se detuvo por el momento de un latido de corazón y subieron hacia el pecho de Krist antes de que esos ojos vieran su cara.

Krist sonrió. Oh, sí, eso prometía.

-Siento haberte hecho esperar. ¿Estás listo?

-Sí.

La voz de Gawin era un poco rasposa y se aclaró la garganta mientras cogía el maletín de una esquina de la mesa.

-Puedes dejar eso aquí si quieres.

Porque eso significaría que Gawin tendría que regresar a la suite después de cenar.

Gawin levantó una ceja hacia él, con su mano en el asa del maletín. Entonces la soltó y asintió.

-Bien.

Krist se dirigió hacia la puerta.

-Hay un restaurante italiano genial aquí en el hotel. ¿Está bien que vayamos ahí?

Miró su hombro y atrapó a Gawin mirando su trasero de nuevo. Esta vez, él no fue lo bastante rápido para alejar la vista ni siquiera cuando se dio cuenta que Krist lo miraba.