Capítulo 12

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La presión de la boca de Gawin contra la suya amortiguó el grito de triunfo  de Krist.

<<¡Oh, sí!>>

Gawin besaba besaba de forma realmente asombrosa. Todo labios y  lengua y tan jodidamente a cargo que Krist ni siquiera podía pensar en tomar el control. Todo lo que tenía que hacer era recibir y chupar esa lengua y Gawin gruñó. Oh, sí el gruñido era una buena señal. Tenía que hacer que sucediera más.

Las manos de Gawin se de su cuello hacia su pecho y lo empujaron.

-Entra ahí- otra orden, mientras señalaba a la puerta del dormitorio detrás de Krist.

Sonriendo, Krist caminó hacia atrás. Él sabía que la suite era lo suficientemente grande para evitar los muebles.

Gawin lo acechaba. Disfrutaba eso, Krist siguió hacia atrás con el mismo rito, solo fuera de su alcance. Amaba la traviesa sonrisa de Gawin. Eso prometía grandes cosas por venir. Él usaba una versión de esa sonrisa con las mujeres. Qué ardiente era estar en el lado receptor.

Logró atravesar la puerta del dormitorio con sólo un pequeño traspié. No quería girarse, una parte irracional de su cerebro le decía que si apartaba la vista de Gawin, el hombre podría desaparecer.

-Detente.

Krist se congeló en la mitad del dormitorio. No fue consciente de su decisión. Gawin dijo detente y con ese tono él sólo se detuvo. Un estremecimiento de placer recorrió su piel.

Gawin se detuvo un breve momento justo al entrar, se quitó las gafas y las dejó sobre la cómoda. Tan calmado, tan controlado. Igual que Clark Kent quitándose las gafas justo antes de ser Superman. Y oh, hombre, esa comparación calentó la sangre de Krist.

Gawin encendió la luz, sombras azules iluminaban desde el techo. Eso causó que el pelo de Gawin tomara un brillo dorado.

-¿Te molesta la luz?-preguntó Gawin cerrando la distancia entre ellos.

Y maldición si Krist se movía un centímetro. Sacudió la cabeza. 

-No.

-Bueno.- Gawin colocó el pelo de Krist detrás de las orejas. Sus ojos, recorrían su rostro-. Porque quiero ver cada pedazo de ti.

Krist se sentía como un perro al que se le dijo que se echara, pero quería saltar sobre el hombre frente a él. Quería lamerlo todo. Si tuviera cola, la estaría moviendo sin parar.

Gawin llevó su mano hacia el cuello abierto de la camisa de Krist.

-Esto- dijo, deslizando la mano hacia el centro del pecho de Krist-. Ha estado volviéndome loco.

Krist tragó saliva. Maldición, iba a empezar a babear en cualquier momento.

-¿Qué?

-Viendo tu pecho toda lo noche. Queriéndolo tocar.- La mano se deslizó hacia la V del botón abierto, entonces la deslizó hacia el lado derecho-. Lo hiciste a propósito, ¿verdad?

Krist parpadeó cuando los dedos de Gawin alcanzaron su pezón.

-Sí.- suspiró.

-Te quitaste la camiseta esta tarde para provocarme.

Krist sonrió.

-Un poco.

Gawin bufó y lo pellizcó, haciendo que Krist se sobresaltara.

-¿Cuándo decidiste seducirme?

Krist seguía sonriendo, incluso cuando hizo una mueca de dolor cuando Gawin pellizcó su duro pezón.

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