Capítulo 28

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La puerta de un coche se cerró afuera. Krist levantó la vista de su asiento en las escaleras, mirando fijamente la puerta del frente. La luz del sol de la tarde hacía que el reflejo de las gafas atravesara los pequeños vidrios de la puerta.

Pasos subieron los escalones de afuera que conducían al porche, entonces tocaron.

-Está abierto.

La perilla se giró, la puerta se abrió y Gawin entró.

<<Dios, él se ve bien>>

Vestido en un traje gris carbón con una camisa azul pálido, vio cada centímetro del abogado. Probablemente venía directo de su oficina. Su pelo necesitaba un corte, las puntas llegaban al marco de sus gafas. Habían pasado tres meses desde la fatídica noche en el Wachirawit y Krist no lo había visto ni una vez. El verlo ahora hacía que su corazón subiera a su garganta.

Gawin no lo vio inmediatamente, su mirada recorría el vestíbulo vacío, sin duda vería la igualmente vacía sala de estar a su derecha. No había muebles a la vista. Entonces vio la alfombra dorada en las escaleras de madera oscura y finalmente vio a Krist sentado en el escalón superior.

Krist sonrió.

-Hola, Gawin.

Gawin dio una audible respiración.

-Hola, Krist.

Krist mantuvo las manos en sus rodillas.

-¿Te gusta la casa?

Gawin sostenía algo entre sus manos. La caja de un CD.

-Es encantadora.

-Es mía.

-Lo sé.

-¿Knot habló contigo?

-Sí.

Bueno. El trabajo con el amigo de Gawin que se dedicaba a la inversión inmobiliaria, fue por una razón. Esperaba que se pusiera en contacto con Gawin incluso aunque Krist no mencionó al abogado aparte de decir que él lo había recomendado.

-Felicidades- Gawin seguía muy calmado. Estaba nervioso, aunque no podrías decirlo al verlo.

Krist lo sabía. Tomando una respiración sobre su acelerado corazón, señaló con la cabeza la caja en la mano de Gawin.

-Oíste la canción.

Gawin lo vio fijamente.

-Sí.

-¿Te gustó?

Gawin abrió la boca dos veces antes de que finalmente las palabras salieran.

-Es hermosa.

Krist se puso de pie.

-Aún le falta pero creo que saldrá bien. Ese fue mi primer intento con las letras.

-¿Tú escribiste la letra?

Se había asegurado de enviarle una copia de la letra junto con el CD, solo en caso de que Gawin quisiera oírla exactamente.

-Sí. Cada palabra.

La mirada de pánico de Gawin detuvo a Krist a mitad de la escalera.

-¿Por qué?

-Te amo.

Gawin cerró los ojos, sacudió la cabeza.

-No.

-Sí. Lo hago.

Gawin vio el espacio vacío alrededor de ellos, sus brazos cruzados sobre su pecho, sosteniendo la caja del CD como un niño sostiene su juguete favorito.

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