Dayana era una chica mexicana, como cualquier otra. Tenía sueños que quería cumplir a cualquier costo, trabajadora y solitaria. No mal entiendan, tenia amigos pero prefería andar por la vida caminando sin necesidad de nadie ...
Llega esta nueva hist...
Me emocionaba la idea de ver bien a Charlie, de verlo sonreír con su hijo que no sabía que era su hijo, pero que yo si sabía que era su hijo... En fin, que felicidad verlos juntos casi después de dos años. Mau estaba aprendiendo a caminar, ya decía mamá y papá, aunque esta última palabra se la decía a todos los hombres que veía. Termine mi trabajo y había quedado de ir a comer con los chicos, espero que a Gasly se le haya pasado lo gracioso. Y respete mi decisión de no decirle a Charles.
Llegamos al restaurante del paddock, entre con Mau de la mano, estaba con demasiado carácter que lo hice caminar. Íbamos entrando cuando Carlos lo cargo por detrás haciéndolo volar por los aires. Riendo, como si se ahogara.
- ¿Cómo está el príncipe de Mónaco?
- Carlooos. - indiqué mirando a todos lados por si Charles o Arthur estaban cerca
- Perdón, costumbre. Él sabe que es mi mini príncipe de Mónaco, eres igualito a tu papá, pero más guapo. Y menos odioso.
- Papá - balbuceaba Mau
- Sí, p a p á Charles - expresaba riendo Carlos
- Basta Carlos. Vamos a comer.
Llegamos a sentarnos a la mesa donde ya nos esperaban Max, Sergio, Esteban, George, Yuki, Daniel, Lando, Oscar, Lewis y Pierre. Este último molesto conmigo, obviamente por el secreto que debía guardar.
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