Dayana pov's
Sentí la maldita necesidad de besarlo, y lo hice. Besar a Charles, tener que ponerme de puntas sobre mis pies, porque no lo alcanzo pero que él allá tomado mi cintura para poder alzarme ligeramente para corresponder mi beso fue algo que no imagine jamás.
Sentir sus cálidos labios sobre los míos, y sus manos recorrer mi cintura para alzarme, sentir como poco a poco caminamos a la cama, y sentarme sobre él, mientras alzaba ligeramente mi blusa para tocar mi espalda desnuda.
Los besos se comenzaron a intensificar y comencé a sentir su erección entre mis piernas, era obvio que él necesitaba lo mismo que yo. Y tome la iniciativa de retirar su playera mientras entre sollozos intento decir algo. Continuamos besándonos, y despojándonos de nuestras prendas, entre los rayos que entraban por la ventana por que era momento de amanecer en la ciudad. Los besos se intensificaban.
- ¿Tienes preservativos? - le mencione entre besos -
- Si, espera.
Vi como Charles se colocaba el preservativo en su pene, nunca en mi vida me había excitado tanto una imagen, ver a Charles Leclerc colocarse un condón era algo que definitivamente quería seguir viendo y que tal vez podría provocarme un orgasmo.
Se lo termino de colocar y me sostuvo con ambas manos mi cintura, para acercarme. Sentir como se hundió en mí, hizo que gimiera porque en verdad se sentía demasiado bien tenerlo de esta manera. Comencé a moverme de arriba y abajo, él seguía mi andar sosteniendo mi cadera, y con la otra mano jugaba con uno de mis senos. Mientras besaba desesperadamente mi cuello, y es que a pesar de que éramos de mundos diferentes en esto encajábamos demasiado bien.
Me cargo, para poder recostarme en la cama, mientras se hundía nuevamente en mí. Sostuve la sabana de la cama en mis manos, mientras gemía una y otra vez, por el vaivén de él dentro de mí. Sentía como me corría sobre él, mientras se levantaba para verme desde arriba, sostuvo mis piernas a cada costado de su cuerpo, y se movía más rápido.
- Dayana no quiero que esto se acabe - su voz ronca, intentando respirar y acelerando sus movimientos -
- Yo tampoco Marc - Dios, este hombre me va a matar
Estaba por terminar mi orgasmo cuando, él se detuvo.
Parece que estuviera en mi mente o
¿quería castigarme?
¿o él ya termino?, salió de mí.Me volteo, me puso en cuatro y volvió a enterrarse con más fuerza, escucharlo gemir una y otra vez era algo que estaba volviéndome loca. Y no de mala manera si no, que me estaba excitando demasiado y quería terminar mi orgasmo sobre él.
Comenzó a moverse de tal manera, y apretar mis muslos, que me di cuenta de que estaba por terminar. Sus malditos gemidos, no podían volverse mi sonido favorito, no podían porque no sabía si habría una noche más.
Acelero sus movimientos, fue como si estuviéramos de acuerdo en terminar al mismo tiempo. Me beso la espalda, se salió con cuidado y retiro el condón. Me recosté en la cama y él me siguió, abrazándome.
¡A B R A Z A N D O M E!
Tenia a Charles Leclerc abrazándome, en mi cama de habitación, de hotel en Italia. Dios si esto es un sueño, ya despiértame porque en serio que me va a doler mucho.
Su voz ronca, con su respiración agitada apenas pudo completar una oración
- ¿Qué harás hoy?
- Supongo que conocer la ciudad ¿por qué?
- Ven conmigo, tengo que realizar unas cosas para Ferrari, pero quiero que vengas ¿puedes?
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"Un viaje ¿soñado?"
Hayran KurguDayana era una chica mexicana, como cualquier otra. Tenía sueños que quería cumplir a cualquier costo, trabajadora y solitaria. No mal entiendan, tenia amigos pero prefería andar por la vida caminando sin necesidad de nadie ... Llega esta nueva hist...