Alexia
Después de pasar todo un día en el hospital con monitores todo el día, por fin nos dieron de alta, las contracciones se detuvieron, por lo que ya nos dieron de alta y la doctora nos dijo que cualquier cosa le llamaríamos.
─Pero...
─No me voy a ir, como están las cosas, el bebe se puede adelantar y no me perderé el nacimiento de mi hijo ─ dice Dario seguro.
─¿Y tu trabajo? ─ le pregunto.
─Me puedo ocupar desde aquí ─ contesta tranquilo.
─No quiero que descuides tus responsabilidades ─ le digo sintiéndome un poco mal.
─Ustedes son mi responsabilidad, así que no te preocupes ─ me dice dándome un beso en la frente.
De cualquier manera nos quedaremos en casa de mis padres, ya que es mejor que estemos con más personas, de ser por Dario él estuviera al pendiente de mí todo el tiempo, pero es algo muy sofocante también y prefiero distraerme con los demás de la familia y mis sobrinos, que se han dado la tarea de ser mis médicos personales.
Son tan lindos
─¿Vamos a poder jugar con él cuando nazca tía? ─ me pregunta Lily picando mi vientre y mi bebe pateando de vuelta.
─Claro que si, pero recuerda que él va a nacer cómo tu primo Matt, él será pequeño y habrá que esperar a que esté más grande para que puedan jugar con él ─ le explicó.
─Los bebés tardan mucho en crecer ─ se queja Noah.
─Crecer lleva su tiempo, pero tranquilos, cuando menos lo piensen, él crecerá y podrán jugar todos juntos ─ le aseguro.
Paso básicamente todo el día acostada o acostada, no puedo moverme, si necesito algo debo de llamar a alguien y si debo de ir al baño, también debo de llamar a alguien para que me ayude, es molesto, es muy molesto estar dependiendo de otras personas para todo.
─Te estoy aburriendo pequeña, ¿cierto? ─ me pregunta el abuelo.
─No, no me aburres abuelo, es que no me gusta estar acostada, lo sabes ─ le digo.
─Miralo cómo un descanso, estás guardando energía ahora para cuando esté pequeño nazca y tengas que estar corriendo detrás de él ─ me dice él tocando mi vientre.
─si, es una excelente manera de verlo ─ digo ─ a veces me preocupa que no pueda llegar a ese...
─No lo digas pequeña ─ me interrumpe él.
─Son solo ideas locas que llegan a mi cabeza ─ digo.
─Ignoralas ─ Dice Dario acercándose a mí para darme un beso─ ¿cómo ha estado su día? ─ me pregunta él.
─Bien, hemos estado acostados todo el día ─ le digo.
─Eso está bien, deben descansar para que estén bien ─ dice él sentándose a mi lado.
─¿Te fue bien en tus reuniones? ─ le preguntó.
─Si excelente ─ contesta él ─ la expansión que pensamos puede que ocurra más pronto de lo que pensé ─
─Por supuesto que si tu trabajo es muy bueno ─ le digo segura y llena de emoción, pero entonces siento que algo se escurre.
─¿Qué?, ¿pasa algo?, ¿te duele algo? ─ me pregunta él.
─Ahh, creo que me he orinado un poco ─ digo.
─Ohhh no pasa nada cariño, esas cosas pueden pasar ─ me dice el abuelo y la verdad es que ya me ha pasado, mientras duermo, es molesto y vergonzoso.
─No me quiero quedar con un pantalón mojado ─ digo.
─Vamos te ayudo ─ me dice él ayudándome a levantar, pero cuando estoy de pie más agua corre por mis piernas.
─Alexia eso no es orina ─ dice el abuelo ─ rompiste fuente, ¡NOLAN!, ¡PREPAREN LOS AUTOS PARA SALIR! ─ grita él abuelo y Dario me toma en brazos.
─¿Qué pasa?, ¿por qué los gritos? ─ mi mamá nos encuentra en el pasillo.
─¿Por qué hay agua en el piso? ─ pregunta mi padre y yo siento un fuerte dolor.
─¡Ahhh! ─ me quejo.
─Camina, camina ─ le apura el abuelo y él se encarga de explicar le a mis padres lo que pasa.
Mamá llama a la doctora y mi padre al resto de la familia, mis contracciones son cada veinte minutos y se sienten como si mi cuerpo se desgarra por completo, es horrible, Dario se mantiene a mi lado dándome apoyo, pero eso no me basta, quiero que el dolor se detenga.
Al llegar al hospital es un completo caos, nada más poner un pie en el hospital me suben en una camilla y me llevan a una habitación llena de doctora y enfermeras que no paran de hablar todos juntos, además de que me llenan de cables y máquinas de nuevo.
─Las contracciones son cada vez más frecuentes, el parto será pronto ─ dice uno de los doctores.
─Pero aún falta, ¿él va a estar bien? ─ le pregunto preocupada.
─Su peso es adecuado, aunque lo que más nos preocupa son los pulmones ─ me cuenta ella ─ haremos todo lo posible para que esté bien, solo mantenga la calma ─ me dice ella.
Calma, como si fuera tan fácil
Dario
─Pero aún falta para que nazca ─ me dice mi padre.
─Eso ya lo sé, pero él quiere nacer, ahora ─ le digo.
─Impaciente como tu madre, ya le avisó para ir para allá y también a Marco que no se donde se ha metido ─ se queja él.
─Familia Litman ─ llaman.
─Te llamo después papá ─ digo y le cuelgo.
─¿Cómo están? ─ su padre pregunta.
─Hasta el momento estable, pero el bebe no permanecerá mucho tiempo dentro, las contracciones son cada vez más frecuentes ─ nos cuenta ella.
─¿Puedo ir con ella? ─ le pregunto a la doctora.
─Sí, puede pasar, una enfermera lo llevará a cambiarse ─ me dice ella.
─¿Cuáles son las posibilidades del bebe? ─ le pregunta la mamá de Alexia.
─Estará con respirador, sus pulmones aún no están listos y por lo rápido que están avanzando las contracciones no podemos suministrarle algún medicamento para madurarlos ─ nos cuenta ella.
─Doctora la paciente ─ le llama una enfermera.
─Lleve al señor a cambiarse ─ le dice ella y sigo a la enfermera hasta una habitación llena de ropa de enfermeros, cuando estoy vestido ella me lleva apresuradamente a una sala llena de personas y en el centro Alexia.
─Princesa ─ le dijo.
─¿Por qué tardaste tanto en venir? ─ me pregunta ella conteniendo una mueca de dolor.
─Bien señorita Litman, necesito que empiece a pujar ─ le dice la doctora y yo sujeto su mano ─¿lista? ─
─No, pero tampoco hay más opciones ─ contesta ella, para después empezar a pujar.
La habitación de se llena de gritos de su parte y yo también quiero gritar, parece que quiere romperme la mano de lo fuerte que la está apretando ─ Ya veo la cabeza, tiene su cabello ─ dice la doctora, Xia sonríe cansada ─vamos un poco más y estará afuera ─ le dice la doctora.
─Lo estás haciendo muy bien, vamos princesa ─ le motivó.
─Vamos Alexia, puja ─ le indica la doctora de nuevo y más gritos en la habitación.
─Mierda ─ me quejo bajo, creo que me rompió la mano
─Tragan el oxígeno ─ indica la doctora .
─¿Cómo está?, ¿cómo está? ─ pregunta Xia ansiosa sujetando mi mano.
─Está bien, está respirando bien ─ dice la doctora y ambos podemos respirar aliviado.
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Alexia Litman
RomancePara Alexia Litman solo hay tres cosas que ama con locura, su familia, la moda y las carreras de autos, está ultima un poco más que la moda, porque para ser participe de ellas, con ayuda de su hermana se escapar a las carreras a escondidas de su fam...