Capítulo 33: Paz.

254 21 49
                                    

Capítulo 33: Paz.

—Primero —comenzó a enumerar Satoru separándose, dejando apenas unos centímetros de distancia entre sus labios, lo suficiente, pensó Suguru, para atraerlo de nuevo, ya demasiado extasiado por el aroma demoniaco y el brillo en el azul de esos ojos que ahora se le antojaban como el reflejo mismo del mar. Profundos e inexplorados—. Dejarás de comportarte como un jodido mártir. Nadie, al menos aquí, quiere hacerte daño. Para con el teatro y ser la reina del drama, es exasperante ¿Puedes hacer eso?

—Puedo intentarlo —respondió Suguru con voz temblorosa. Había olvidado lo directo que era Satoru en verdad con respecto a todo.

—Bien. Segundo: habla, mierda. Habla conmigo. Si hubieras abierto la boca a tiempo no estaríamos haciendo esta estúpida escena sin sentido. Si hemos llegado hasta aquí con vida es porque podemos confiar entre nosotros ¿Qué más pruebas necesitas?

Se sintió de nuevo en casa de Mei, cuando las dos versiones del demonio se presentaron ante él, la malvada y la benevolente. Una de ellas desapareciendo poco a poco en ese instante, al asumir que en realidad todo estaba en su imaginación.

Satoru jamás le haría daño.

Que tan estúpido había que ser para no haberse dado cuenta. Si hasta Maki coincidía con Nanami en que podían confiar en el demonio. Aun y todo con marca incluida.

—Y tercero...

—¿Esto es un pacto o algo así? —interrumpió Suguru ya exasperado.

—En absoluto. Quiero asegurarme de que nos entendemos. Ya dije que no confío en ti. —Bien quizás estaba siendo un poco malvado con él ahora, pero una vocecita en su interior lo animaba a tener lo que creía que merecía tras tanta acumulación de estupidez. Suguru suspiró, aflojando un poco los brazos. Parecía intuir que nada bueno le esperaba...

—Continúa.

—Tercero: quiero que tú me lo pidas.

—¡¿Qué?! —...y cuánta razón tenía.

—Ya oíste —respondió con toda la seriedad que pudo al ver la expresión de terror que se le ponía—. La última vez que hicimos esto fue porque quería evitar que murieras. No fue una decisión real porque no existía alternativa. Ahora si la hay. Si quieres seguir con esto, entonces haz de hacer frente a las consecuencias junto a mí.

—¿Buscas humillarme? ¿Es eso? —preguntó tras liberarlo del abrazo y echarse hacia atrás— ¿Es tu venganza?

—Tómalo como una compensación por daños morales —dijo Satoru sin poder evitar que una sonrisa traviesa asomase por su rostro al ver como Suguru desviaba la mirada—. Puedo liberarte, esa también es una opción. No olvides que si seguimos en esto es porque eres tú quien lo solicita.

—Creí que disfrutabas sometiéndome —se le escapó decir al cazador con sarcasmo y luego se enojó por seguir yéndose de la lengua ¿Por qué siempre Satoru terminaba sacando lo peor de su persona?

—Si recuerdas eso también debes recordar la parte donde afirmo que prefiero que sea voluntario.

¿Por qué haces esto?, quiso preguntar ¿Qué es lo que quieres de mí en verdad? Sentía que se estaba perdiendo algo importante, pero estaba demasiado acalorado y exprimido emocionalmente como para intentar comprender el trasfondo detrás de su pedido. La verdad era que preferiría arrancarle la ropa y ya, sin tantas vueltas.

Comprendía que necesitaba un seguro, pero estaba ahí ¿O no? Estaba a su merced, como siempre si lo pensaba. Siempre dispuesto a cederle el control. Confiaba en Satoru, mierda, así como esperaba que Satoru confiara en...

ENLAZADOS [#PGP2024]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora