Capítulo 16: Noritoshi Kamo.

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-¿Cómo está? – fue lo primero que dijo Suguru al despertar. Al parecer había caído rendido en el sillón del hotel la noche anterior. Aún conservaba la misma ropa manchada de sangre.

- Vivo – respondió el demonio entrando desde la otra habitación – Hay café y pedí que trajeran algo de comer –

Sin pensarlo dos veces el cazador se dispuso a atacar los platos dispuestos en la mesa. Todo tipo de alimentos se presentaban ante él en un híbrido entre desayuno y almuerzo.

- ¿Qué hora es? – inquirió llevándose algo a la boca y tomando un sorbo de café negro. Carajo, sí que estaba hambriento.

- Pasado el mediodía, no creí necesario despertarte hasta que él lo hiciera – el demonio se acercó y comenzó a picar algunos trozos de frutas dispuestos en una bandeja. Al menos no había carne sanguinolenta en el menú.

- Creí que la medicina demoniaca sería mucho más rápida –

- Es medicina, no un milagro. De hecho, ya es un milagro de por sí que llegara vivo a lo de Choso y más aún que este mismo lo tratara. Agradece eso – les había costado lo suyo convencer al curandero de aceptar curarlo. Tenía que reconocer que el hecho de que Yuji estuviera presente en ese momento fue de gran ayuda. El siempre piadoso Yuji, que había sentido lástima del pobre subyugado destrozado, intervino y Choso, incapaz de negarle nada a su amado hermano pequeño, accedió de mala gana a cumplir sus deseos. Ahora solo tocaba esperar.

- Tenemos que pensar que haremos con la información de Sukuna. Es obvio que nosotros solos no podemos hacer frente a los responsables de esto. Debe haber alguna manera de advertir a la Central sobre este descubrimiento y que intervengan – dijo Suguru llevándose otro bocado a la boca.

- ¿Y crees que te escucharán? Teniendo en cuenta tu historial y el modo en que obtuviste la información dudo que se interesen en escuchar lo que sea que tengas para decir –

- Que otra opción queda. No creo que tengas por ahí un ejército de aliados demonios dispuestos a detener la vuelta del caos sobre la Tierra –

- Lo cierto es que no. No mentía cuando dije que sería conveniente para nuestro lado el regreso de Sukuna. En parte me sorprende que el submundo esté tan tranquilo al respecto. Siempre que hay un intento de levantamiento en contra de la organización suele generarse mucho más revuelo –

- Quizás aprendieron de sus errores pasados. Hacer un gran alboroto al respecto solo te deja en ridículo ante el enemigo –

- En eso tienes razón – concedió el albino mientras terminaba su platillo y tomaba una jarra con jugo.

- Lo que no entiendo es porque estás tan interesado en detenerlo – dijo Suguru después de un rato – al principio no le di importancia, pero pensándolo con detenimiento creo que si ustedes fueran la especie dominante sería mejor para ti ¿no? –

- Te equivocas – la seriedad en la voz del albino hizo que levantara la vista del plato – incluso entre nosotros hay reglas establecidas, jerarquías. Por suerte tu nunca... -

Suguru no llegaría a saber el final de esa frase, ya que en ese momento un ruido proveniente de la habitación de invitados los distrajo. Con prisa acudieron para encontrar que Kento estaba despierto e intentaba levantarse. El cazador se acercó a él intentando calmarlo mientras que Satoru iba en busca de un par de frascos que guardaban en la heladera.

- Debes tomarte esto – con firmeza Suguru acercó uno de los frascos a los labios del rubio – esos sueros eran para quitarte el veneno del cuerpo, esto ayudará a curar el resto de heridas –

ENLAZADOS [#PGP2024]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora