Alana
Vuelvo a mirar el reloj, las siete de la mañana, pasadas.
Que puta desesperación.
No he dormido nada, el dolor de la pierna no me ha dejado. He intentado resistir pero es imposible, así que me digno a bajar a por un ibuprofeno o alguna de esas cosas mágicas.
Me levanto torpemente y alcanzo las muletas, espero no hacer ruido y no despertar a nadie.
Pedir ayuda no es una opción.
Bajar las escaleras se me complica pero lo consigo. Se escuchan unas voces que provienen del salón y el aroma que me llega desde la cocina a huevos y bacon hace que me ruja la tripa. La puerta corrediza se abre y aparece la cara de Oliver asomada.
-Oh, buenos días, no sabíamos que te levantarías tan pronto.
¿Levantarme? ¿A caso ellos ya están levantados?
-¿Es Alana? - pregunta una voz femenina.
-Si - responde Oliver.
Sale Camila y se me corta la respiración, va con el mismo camisón de ayer pero no está tan formal, está más despeinada, más natural.
Así está aún más guapa.
La belleza de esta chica es alucinante.
-¿Por qué cojones estáis todos despiertos a las siete de la mañana? ¿Y estáis haciendo el desayuno? - pregunto aturdida.
-Se me olvidaba, vas a tener que acostumbrarte a nuestros horarios - me acabo de quedar atónita, ¿y lo de despertarme a las dos de la tarde para comer? ¿Acostarme a las tres de la mañana? - ¿Estás bien? Noah nos dijo que no te ibas a despertar antes de las diez - mentira no es, antes de las diez estar en pie es un sacrilegio, debería ser delito.
Me debato entre decírselo o no y termino sin hacerlo, no hay necesidad.
-Si, todo bien - no quiero generar más molestias ni preocupar a nadie por un dolor en la pierna.
Suficiente tengo con sentirme una auténtica intrusa.
-Para desayunar hay muchas cosas, no sabíamos qué querrías, hay gofres, revuelto, tostadas, zumo de naranja, de piña y de melocotón junto a más cosas que ahora iré sacando. Y sobró tarta de ayer - me guiña el ojo y a mí me queda poco para caerme para atrás. No sé qué me pasa con esta chica.
No la conozco de nada y me encanta.
Me revoluciona entera.
-Tarta de zanahoria y no me lo voy a pensar dos veces - ignoro qué son las siete de la mañana, soy una persona que ama comer y nadie va a quitarme eso.
-Claro, siéntate, ahora te lo saco.
-No te molestes, yo puedo, estoy coja no paralítica - lo digo incluso ofendida y me siento fatal en seguida -. Perdón, yo solo quería, bueno da igual, perdona, ya me siento.
-No pasa nada - se va hacia la cocina con cara de confusión.
Mierda, mierda, mierda. Podría ir mi cabeza por delante que mi boca en momentos como este. No tenía derecho a hablar así.
Me siento con George y Oliver.
-Mi padre y mi tío siguen durmiendo, llegaron tarde, sobre las doce o así - me explica George.
JAJJAJAJJAJAJ ¿Lo has escuchado? Tarde a las doce dice.
Déjalos, son medio raritos.
Terminamos de desayunar sobre las ocho, justo cuando bajan Charles y Noah.
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Contamos con medio año.
RomanceLa vida de Alana es por y para su deporte, en cambio Camila estudia para poder trabajar en la empresa de su padre. Todo se tuerce tras una lesión, todo se basa en que su padre esté orgulloso. Está en una relación complicada mientras que la otra las...