Capítulo 5- Guía turística personal.

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Camila.

Odio discutir con Jackson, me quita las ganas de todo y que vergüenza.

La primera impresión que se debe de haber llevado la tenista, no quiero ni pensarlo.

Para colmo mi padre estará enfadado.

Tengo diecinueve años, estoy en un curso de aviación comercial para trabajar en la aerolínea de mi padre, acabo de terminar el primer curso y me lo he sacado perfecto, no me iba a permitir menos, teóricamente iba a ir a cenar con mi novio para celebrarlo pero ahora estoy llorando por él.

Irónico, ¿cierto?

Llevamos juntos desde los catorce, teóricamente, no es mi relación más estable la verdad, lo hemos dejado varias veces.

Escucho como llaman a la puerta.

-Ya bajo - digo de mala gana.

-¿Puedo pasar? ¿Estás visible? - suelto un suspiro de alivio al reconocer la voz, es mi tío Noah.

Me libro de otra bronca por parte de mi padre.

-Si, claro, pasa.

-Te he echado de menos enana.

Me rodea con sus brazos y me llena de una agradable sensación de tranquilidad. Solo ahí me doy cuenta de cuánto lo he echado de menos.

Ver una sola vez al año a una persona tan importante como mi tío es duro y por eso los reencuentros saben a gloria.

-Sigues con Jackson.

No es muy difícil deducirlo la verdad.

-Si, sigo con él - le escucho resoplar -. Ya sé lo que opinas del chico, ya sé lo que opináis todos, pero está cambiando - me mira con una cara poco convencida -. Lo digo de verdad.

¿Estás intentando convencerte a ti o al tío?

Cállate anda.

-Ya te dije hace tiempo que yo no podía sacarte de ahí, que tienes que sacarte tu solita - no suena a riña si no a preocupación y advertencia.

La verdad es que llevo muchas advertencias, demasiadas.

-Está controlado, tranquilo. Me preocupa más Alana y la impresión que se habrá llevado de mí.

Noah sonríe divertido, como si le hiciera gracia.

He notado como me miraba, me estoy muriendo de vergüenza, lo que debe de haber podido pensar.

-No la he visto muy afectada por la entrada triunfal que te has marcado.

Es una buena noticia, me ahorro una disculpa más.

-Menos mal - eso me alivia más de lo que debería -. Me desmaquillo, me quito los tacones, me pongo el pijama y bajo - le doy un beso en la mejilla y sale de la habitación.

Cuando se me baja toda la frustración y el enfado del momento me empiezan a entrar los nervios.

Voy a convivir con Alana Díaz durante un tiempo indefinido, la Camila de hace unos años estaría llorando de la ilusión.

Me quito los tacones primero de todo, qué descanso. Es mi momento pluma favorito.

Los momentos pluma son aquellos que te llenan de una satisfacción momentánea muy gratificante.

Quitarse el calzado del demonio denominado tacón es uno de ellos.

Una vez estoy lista bajo.

Se escuchan risas provenientes del comedor. Entro y me siento en la mesa, justo enfrente de Alana.

Contamos con medio año. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora