Alana.
Odio el sudor.
De verdad, lo odio.
Uso mi camiseta para limpiar las gotas que caían desde mi frente. Estaba en el gimnasio con Noah.
-¿Estás segura de que volver a Madrid es lo que quieres? - me pregunto mientras preparaba la siguiente máquina que iba a utilizar.
No, es evidente que no quiero volver a Madrid.
Ignorando el nudo que se formaba en mi pecho avancé hacia la barra de las dominadas.
-No es lo que quiero - evidentemente-, pero es lo que debo hacer - digo en un lamento.
Hundo mis manos en talco antes de dar un salto y colgarme fuertemente del trozo de acero.
-¿Cuánto peso quieres en press banca?
-Normalmente doblo el mío, pero no me atrevo.
No era mentira, el miedo me azotaba antes de cada ejercicio que realizaba.
-Empezamos por sesenta - asiento convencida ante la propuesta de mi entrenador.
Mi cuerpo empieza a pesarme cuando alcanzo las quince dominadas, mis hombros se quejan al igual que mis brazos y manos pero siendo una puta masoquista he de decir que he echado de menos la sensación.
Hoy hemos empezado pronto, tras dos horas y media en la pista de tenis hemos venido a hacer algo de físico.
Me noto oxidada y no me gusta.
No me gusta absolutamente nada.
-¿La decisión ha sido tuya o de tu padre? - se me encone el corazón cuando la figura de mi progenitor hace presencia en mi mente y rápido aparto la imagen de mi cabeza.
-He elegido mi carrera, no hay más que hablar.
Mentira.
Tengo miedo.
Quiero continuar el tenis desde aquí, aquí con Camila.
No soy lo que necesita, no podrá ser mi prioridad.
-No creo que sea para tanto. Tú puedes quedarte.
No lo hagas Noah, era el pensamiento que no salía de mi cabeza.
Vente conmigo.
Mejor, nos quedamos los dos.
-Yo voy donde estés tú - su mirada se posa en mi intensa, llegando a lo más profundo de mi pobre -. Otra cosa es que me parezca bien lo que vas a hacer.
No puedo permitir que me alejen de mi futuro, que me distraigan. Ni siquiera la chica de ojos miel que combinan con su pelo, exageradamente preciosa y que remueve cada célula de mi ser.
Mi vida está en Madrid.
Y el amor de esta se queda aquí, en Londres.
Es un puto atentado contra mi misma. Estoy jodida y además de verdad.
-No puedes hacer esto Ali, te quiere.
Y yo a ella, no te jode.
Give me love de Sia suena en mis auriculares distrayéndome.
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Contamos con medio año.
RomanceLa vida de Alana es por y para su deporte, en cambio Camila estudia para poder trabajar en la empresa de su padre. Todo se tuerce tras una lesión, todo se basa en que su padre esté orgulloso. Está en una relación complicada mientras que la otra las...