Capítulo 16- ¿Once horas?

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Camila.

No me puedo creer que esté haciendo la maleta para irme a California, a Los Ángeles, Hollywood, y todo porque Sophie ganó un concurso.

Lo que yo no me puedo creer es que papá nos haya dejado.

Lo mejor de todo es que voy con Alana, cada lugar que visito con ella se me hace más especial de lo que ya era porque lo llena de su presencia, de lo que es, y lo vuelve mágico.

-¿Qué tiene California que no tenga Londres? - nos pregunta Noah -. Aquí me tenéis a mí y allí no.

-También te vamos a echar de menos Noah - exclama Alana.

-No es verdad - dice mientras hace pucheros.

-Va, no seas envidioso, son solo cinco días, sobrevivirás sin nosotras - intervengo yo.

-Sin ti si, pero sin Alana no lo sé - me llevo una mano al pecho como gesto de indignación ante su comentario.

-Si es que soy la mejor - ladea su cabeza hacia mí guiñándome el ojo con una sonrisa insinuante y a mí se me suben los colores a la cara.

-Menos mal que no podéis quedaros embarazas, a tijerazo no hay embarazo - yo no comprendo del todo el comentario de Pili pero se ve que a Ali le ha hecho mucha gracia.

-Pienso aprender del todo el castellano para que no podáis hacerme esto - las señalo con tono de advertencia.

-Camila, ¿has avisado de que no acudirás a tus entrenamientos? - suena la voz grave y profunda de mi padre.

-Si, de todas formas solo me salto dos.

-No deberías de saltarte ninguno - resopla.

-Yo hago de chofer - se pide mi tío.

-¡Oye! ¿Y yo qué?- se queja Oliver - Quiero despedirme de mi novia.

-Y yo de mi jugadora. Y de mi sobrina - añade cuando se percata de mi expresión.

-Pues me pido ser copiloto - le saca la lengua como un niño pequeño a nuestro tío. Me despido de mi padre y hermanos al igual que Ali y la pelirroja.

-Alana, ¿lo llevas todo? ¿Le medicación para el dolor?

-Noah, no tengo cinco años, me he llevado todo lo que necesito.

-¿El móvil está con batería?

Ali no contesta.

-Tu móvil Alana, ¿tiene batería?

-En los aeropuertos hay enchufes - se defiende. Mi tío invoca paciencia antes de arrancar.

-¿Y Mónica? Me sabe mal ir sin ella.

-Mónica ya está allí, ha sido una coincidencia, vamos con una agencia parecida, tenemos hasta el mismo hotel asignado - respondo - ¿Por qué tanta insistencia con Mónica?

-Porque sin ella el viaje no sería lo mismo, está loca, da vida al asunto - ignoro la punzada de celos que acabo de sentir por unos segundos -. No tanta como tú - me dice mientras me deja un beso sobre la mejilla. El gesto me hace sonreír.

-Eso, tú intenta arreglarlo. ¿Ponéis música? No entiendo qué clase de personas sois. No se vive sin música, es primera ley de vida, música para todo - hago énfasis en la última palabra. Por vía bluetooth conecto mi playlist.

-En Londres conducís como el culo. Si subnormal si, te estoy diciendo a ti - dice mi tío sin ningún tipo de reparo -. Es gilipollas - toca el claxon varias veces -. Es que así un día cualquiera yendo al trabajo tengo un disgusto - va elevando el tono de voz.

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