Capítulo 24- Te quiero mucho Camila Evans

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Camila.

El mes pasa demasiado rápido. No me da tiempo ni asimilarlo. Pili y Oliver se han alquilado un piso juntos al lado de nuestra casa y se les echa en falta, Linda por fin apareció en clase después de su horrible varicela para hacer los primeros exámenes del curso y Alana se viene todas las tardes conmigo al club para hacer tenis mientras entreno yo.

-Mañana es tu cumpleaños Cam - me dice Ali.

-Ya.

-¿Por qué no estás emocionada? - elevo los hombros con gesto de indiferencia.

-Es un día más.

-No, los cumpleaños son...

-Un día más - digo seca -. Te veo cuando termine el entrene.

Alana se va cabizbaja con Noah hacia las pistas de tenis y yo bajo al pabellón donde se encuentra todo mi equipo.

-Camila y Lili colocar la red, las demás podéis empezar a calentar, dar un par de vueltas a la pista.

-¿Estás bien?

-Si, estoy tensando la red. Cansa.

-Si necesitas algo Cami, puedes hablar conmigo - no le contesto, me limito a dedicarle una sonrisa de agradecimiento.

-¿Dónde está la tarta Cam?

Ostia se nos ha olvidado.

Cuándo es el cumpleaños de una de las integrantes del equipo está trae algo para merendar y celebrar, hoy no es mi cumpleaños pero mañana es sábado y no hay entrene.

Inventa inventa.

-Ahora la traerá Pili.

Consigo enviarle un mensaje a la pelirroja que al final del entrenamiento llega con una tarta y velas. Hacen un círculo a mí al rededor para cantarme cumpleaños feliz mientras yo me muero de la incomodidad. No me gusta mi cumpleaños.

Pero la tarta si.

-Feliz cumpleaños Cami - me dice Zoa dándome una bolsa -. No quiero estropear la sorpresa pero el lunes en el entrene te darán los regalos pero yo no estaré así que te lo doy ahora.

-Oh, no hacía falta muchísimas gracias - me mira impaciente.

-¿Lo vas a abrir?

-Si, si claro.

Hay dos paquetes, cojo el que tiene forma rectangular y lo abro, es una foto de cuando quedamos primeras en un torneo, estamos todas.

-Es precioso de verdad.

-Mira el otro.

Por el tacto deduzco que es ropa y lo abro con cuidado. Nada más verlo rompo a reír. Es una camiseta con una decoración un tanto curiosa.

-¿Te acuerdas? - me pregunta Zoa.

-Cómo no hacerlo - me acerco a darle un abrazo -. Gracias, gracias, gracias.

-Pásalo muy bien mañana - se marcha dándome un beso en la mejilla.

Voy a la pista de tenis donde se encuentra Alana. Verla entrenar es divertido dado su nivel de autoexigencia.

-Joder - exclama enfadada.

-Le has dado bien - no sé si me escucha. Pilar se sienta a mi lado.

-Lo ha soportado mejor de lo que pensaba - me dice.

-Solo me han cantado.

-Y has tenido que soplar velas. Que horror - dice con tono irónico.

-Cállate - Pilar es de la pocas personas que sabe lo mucho que odio los cumpleaños. Bueno, el mío en concreto.

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