(Capítulo 49) Desesperación

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#Pov Diana#

-No importa cuánto lo intentes no permitiré que te acerques más a mi familia, no más, esta vez no volverás a escapar!

Cual fuego en mi corazón sentía un cierto ardor que me hacía no pensar con tanta claridad, quería calmarme para no perderme pero tenerlo en frente era suficiente para romperme.

-TODO ESTO ES POR ESE ESTUPIDO?! UNA CRIATURA TAN ASQUEROSA ES CAUSA DE ESTO?! NUNCA DEBIO TERMINAR ASI PERO TU LO ELEGISTE A EL! -Acteón-

-EL ERA NUESTRO HIJO! POR QUE TENIAS QUE ARREBATARME A MI FAMILIA?!

Mi maná desbordaba mientras a nuestro alrededor se liberaba mi magia única, la materialización del aire, volver sólido el aire que creaba con mi maná y sentirlo a la hora de atacar.

En mis manos mantenía mis manoplas quienes al recubrielas con el viento podía ortorgarles cuchillas que se extendían bajo mi mequique. Al usar el depredador mis límites se expandian a costo de agotar mis fuerzas si no lograba terminar con rapidez. Si quería ganar debía dar todo de mi, incluso si no tenía la misma fuerza que en el pasado no debía dejarme sobrepasar.

-Tu eras la única para mi! Y si esas niñas interferirán las matare para que lo entiendas! -Acteón-

La presión de su maná se dispuso en el ambiente como si este buscará aplastarme, este era su propio territorio. Una magia que podía acumularse en al ambiente generando una presión invisible sobre todo lo que tuviera a su alcancé, un solo movimiento  de su mano y mi cuerpo ahora sentia enorme peso que me dificultaba moverme con libertad.

-ATREVETE A TOCAR A MI FAMILIA! (Autoridad del viento, Eolia!)

Mi propia magia era la personificación del poder que había acumulado durante tantos años como aventurera y nacida de mi magia única que me permitía controlar la forma del viento. Siempre me vi limitada a no poder usarla por encontrarme en lugares cerrados o llenos de personas, pero ahora que mis hijas se alejaron es el momento de usarla a su máximo potencial.

Mientras el maná daba el material que conformaba la magia, el Éter cumplía la función de estabilizarlo y darle una forma final. Aquellas razas con mayor afinidad al Éter tenían la capacidad de liberar su maná con mayor facilidad y cambiar su estado de formas complejas y a una escala mayor. Liberar el maná directamente para cambiar su forma con mayor facilidad, esto daba paso a magia de mayor área de efecto y mayor complejidad.

En cambio, quienes poseían poca afinidad como nosotros los Velztek dejamos tomar un camino más complicado con tal de aprovechar nuestras cualidades al máximo. En nuestro caso al tener menor afinidad al Éter la cantidad de maná a la vez que podíamos manejar era menor por lo que se creó un método en donde tras libera el maná de nuestro cuerpo lo hacíamos recircular nuevamente en nuestro interior y a nuestro alrededor, todo con el fin de consensuarlo y aumentar su fuerza. Si bien aún no podíamos ampliar su rango o complejidad podíamos dar paso a una magia que a pequeña escala era más fuerte.

Eolia no era otra cosa que el nombre dado a mi autoridad sobre el viento, una forma de referirse al poder de influir sobre el mundo con el que contábamos las personas y siendo la unión de nuestro dominio sobre el Éter y el Maná.

-Estoy esperándote! -Acteón-

-!!!! (Eolia, Abrego!)

Presintiendo que algo iba a ocurrir espere a su primer gesto para poder defenderme, mi magia Eolia cuenta con 8 formas en las que podía manifestar mi poder, Abrego representaba un viento capaz de sobreponerse ante la adversidad, acumular el maná en un único punto frente a mis manos y hacerlo estallar al momento del impacto a fin de crear una ráfaga de viento capaz de protegerme.

VelztekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora