(Capítulo 50)Gritos y Llantos

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Aquel día en donde aquella tragedia ocurrió fue curiosamente igual que hoy, la fría brisa de una mañana sombría ya había tomado posesión de todo el pueblo, una mañana en donde el sol no habia mostrado signo alguno de presencia, únicamente se podían apreciar los tenues rayos de sol que se filtran a través de las nubes grises que cubrían el cielo.

En un día parecía destinado a ser tranquilo en el pequeño pueblo de Kraen habían comenzado a surgir las marcas de un cruento combate que podía escucharse por todo el lugar.

El choque de aquellas dos personas hacia retumbar el suelo a su alrededor mientras dichos individuos ignoraban al completo algo más que quien tenían en frente, una mezcla de odio y obsesión inundaban el ambiente.

-DESAPARECE DE MI VIDA! (Eolia, Caecius!) -Diana-

En la mirada de aquella mujer no se podía ver más que un intenso rencor por quién se encontraba frente a ella, una vista extraña para quienes la conocían como la serena líder del gremio de aventureros, o como la alegre madre de dos pequeñas gemelas, Diana Kraniel.

En su cuerpo heridas de su actual combate se remarcaban como moretones y grietas en sus extremidades las cuales le habían servido como armas en aquel enfrentamiento donde sin lugar a dudas ella daba todo de si más pese a su esfuerzo no parecía ser realmente efectivo.

La magia de Acteón causaba que sus golpes perdieran una gran cantidad de fuerza antes de impactar mientras que los golpes que Acteón impactaba eran difíciles de soportar sin el Abrego de Diana que actuaba como su única técnica defensiva capaz de soportar sus golpes, en definitiva parecía un combate perdido desde el primer momento en que no pudo infringir algún daño notorio mientras que ella si que sufría de daños que con el tiempo le pasarían factura.

Si su fuerza se pudiera cuantificar en definitiva Acteón sería superior, quizás por los años en los que Diana no se pudo fortalecer al concentrarse en su familia o quizás por su magia única cuya ventaja lo hacía ver superior, lo único que la alejaba de la derrota era ese único sentimiento que la impulsaba a no morir bajo ninguna circunstancia, ese amor profundo que sentía hacia sus 2 hijas.

-No importa cuánto lo intentes! Nada cambiará! -Acteón-

La magia de Acteón le permitía controlar la presión que ejercía su maná sobre los objetos, reunirlo en un punto podía causar fenómenos como atraer o repeler objetos a voluntad, en defensa retener ataques enemigos o en ataque aumentar la propia presión alrededor de sus puños, un golpe era simplemente algo devastador pues al igual que Diana el también contaba con el depredador.

-(Eolia, Céfiro!) -Diana-

Incluso si su magia céfiro le permitía impulsarse a gran velocidad, Acteón acababa alcanzandola con la suya propia pues mientras impulsaba su propio cuerpo tambien retrasaba los movimientos de Diana, en esta situación céfiro únicamente anulaba el segundo efecto por lo que solo bastaba un descuido para que ocurriera una situación inevitable.

-ARGH!!!! -Diana-

Un fuerte impacto lleno de emoción por parte de Acteón acabo impactando en el estomago de una Diana que apenas y había logrado bloquear parcialmente al usar Abrego en su vientre.

La capa de viento designada a bloquear dicho golpe apenas había logrado surgir a tiempo para lograrlo e incluso con eso no pudo evitar que su cuerpo fuera enviado codirector al suelo dando apenas segundos para reincorporarse antes de ser atacada una vez más.

Era un asedio sin descansó, mientras Acteón atacaba Diana solo podía esquivar constantemente con Céfiro aunque sin ser capaz de evitar algunos ataques que simplemente no podía preveer del todo. Con Abrego soportaba daños que de otra manera habrían sido fatales mientras constantemente usaba Vulturno para recuperar sus heridas con aquel viento sanador.

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