Mi refugio ~Juantin

Agapornis (11)

Días más tarde

Juanjo

He ido más veces a la universidad esta semana que en los dos años anteriores. La verdad es que no sé cómo he conseguido pasar al tercer año. No me interesa ninguna asignatura y las clases se me hacen muy aburridas. 

Por eso, después de haber aguantado una hora a mi profesor hablando de la flotabilidad de los barcos, decido que un descanso no me viene mal y salgo a fumar un cigarro.

Me apoyo en la fachada del edificio y me arrepiento de no haber cogido la chaqueta, porque hace más aire del que pensaba que haría y me estoy quedando frío. 

Me voy a ir cuando veo a Martin al principio de la calle. Va haciendo fotos al cielo y a los edificios que lo rodean. Saca un poco la lengua, supongo que para concentrarse, y me hace gracia.

Me acerco a él y le toco el hombro. Pega un salto del susto y se quita uno de los auriculares al ver que soy yo.

-Joder Juanjo, siempre me asustas.

-Lo siento. Es que te he visto de lejos y me ha apetecido acercarme a saludar.- Es raro hablar después del encontronazo del otro día. Yo no le respondí el mensaje y él no me volvió a hablar.

-¿No tienes frío?- Dice al verme en manga corta.

-Un poco. Es que he salido de clase unos minutos solo.

-¿Estudias aquí?

-Sí, por desgracia.- Se ríe y volvemos a quedarnos en silencio. Martin habla para romperlo.

-El otro día me dio pena que no pudiéramos ir a eso. Perdón si te molesto que lo cancelara tan tarde.

-No, tranqui.

Que bien se te da mentir Juan José.

-Bueno, te dejo que vuelvas a clase.

-En realidad creo que ya ha terminado.- Miro mi reloj y veo que aún le queda otra hora. Por otra clase que me pierda no pasará nada.- ¿Has comido ya?

-No, iba de camino a casa.

-¿Quieres ir a comer conmigo? Te invito yo si eso.- No me responde, pero me sigue mirando fijamente y no sé si se ha quedado embobado o es que no sabe que decirme.

Yo tampoco sabría que decirme a mí mismo. ¿Por qué cojones le he invitado a comer?

-Vale.- Dice después de unos segundos y yo le sonrío.

Nos subimos en mi coche y le pregunto dónde le gustaría ir. Se encoge de hombros.

-¿Ningún sitio que te mueras de ganas por probar?- Niega.- ¿De qué eres más?

-Me encantan los italianos.- Me río con su comentario.

-¿Los italianos? A mi me van más españolas.- Abre los ojos como platos y se ríe también.

-Me refería a que me gusta la comida italiana.- Me aclara.

-Ya, ya. Lo he entendido Martin. Te voy a llevar entonces a mi sitio favorito.- Arranco el coche y le paso mi móvil.- Pon algo de música.

-No sé que te gusta.- Abre spotify y lee mis playlist.- Wow, vaya mezcla.- Sigue bajando.- ¿Queen?

-Es mi banda favorita.

-Buen gusto entonces.- Sonríe y pienso que debería parar de hacerlo antes de que pierda el control del volante y nos matemos.

Vamos todo el trayecto hasta el restaurante escuchando canciones y hablando de nuestras preferencias musicales. Resulta que coincidimos en bastantes.