Martin
Fue oír su voz y todos los recuerdos volaron a mi cabeza. Me di cuenta de a quien estaba besando. Y supe que lo estaba haciendo mal. Porque yo debería de estar con el que hablaba afuera, no entre los brazos de Juanjo.
No recuerdo bien lo que le dije, sólo sé que salí lo más rápido que pude del baño, en busca de mi novio.
Cuando lo encontré saliendo por la puerta de la discoteca, le agarré el hombro para que frenara su camino.
-¿Martin?- Se había girado y ahora me miraba, incrédulo.
-¿Podemos hablar?- Asintió y los dos salimos a la calle.
-¿Qué haces aquí? ¿Estas con tus amiguitos esos?- Quería empezar con buen pie la conversación, pero me lo estaba poniendo muy difícil.
-Sí, estaba con ellos. Pero yo quería hablar de otra cosa.
-¿Vas a volver al piso? ¿Ya se te ha pasado la tontería?
-Hugo, me engañaste con otro.
-Bueno, pero ya me disculpe por ello. Tampoco tienes que ser tan rencoroso.- Vale, estaba claro que era imposible discutir con él.- Ven a casa y hablamos.
Acepté a regañadientes, aunque mi mente seguía pensando en los labios que había besado hacía escasos minutos.
Al entrar en el piso, noté mi ausencia. Solo yo me preocupaba del bienestar de la casa y se veía por todos lados. También podría apostar que Hugo no se lo había pasado nada mal mientras yo no estaba y seguro que más de una fiesta había dado.
-Quería que hablásemos de lo que pasó.- Los dos nos habíamos sentado en el sofá, dispuestos a hablar. Los nervios volvieron a mis manos y me puse a jugar con un hilo que sobresalía de la manta para distraerme.
-Vale, ¿qué me quieres decir?
-¿Pues qué te voy a querer decir? Qué me has hecho daño. Quería que me explicaras porque lo hiciste.
-¿Otra vez, Martin? Que no significo nada. Es como si te liaras con alguno de esos con los que estabas hoy en la fiesta.
-Pero la diferencia es que yo no lo hago.- Bueno, técnicamente eso era mentira, pero él no tenía porqué saberlo.
-Era un ejemplo. Ya se que tu eres más santo que un cura.
-O eso te crees tu. Igual no me conoces tanto como piensas.- Nunca antes le había contestado de esa manera, pero estaba empezando a agotar mi paciencia.
-Vamos a ver, ¿has venido para hablar o para reprocharme cosas?
-He venido para que me expliques porqué coño me has puesto los cuernos. ¿Es que no soy suficiente para ti que te tienes que buscar a otros?- Hasta yo mismo me estaba dando pena diciendo eso.
-Pues mira, no, no lo eres. Me he aburrido de ti. Al principio estaba guay eso de que te diera miedo experimentar cosas. Y lo entiendo porque te veía muy niño y muy inexperto en ciertos temas, pero después de tanto tiempo, me cansa estar siempre con lo mismo.
Me quedé quieto, en silencio, mientras le escuchaba. Era como si las voces de mi cabeza se multiplicaran por mil y le dieran la razón a Hugo.
Yo mismo pensaba esas cosas todos los días. Sabía que a la gente le parecía un niño de 18 años muy inocente para su edad. Casi no bebía, no salía mucho de casa, no me gustaban las cosas que a la mayoría de la gente si...
Cuando era pequeño, en el colegio se metían conmigo porque iba a clases de baile con mi hermana pequeña. Según ellos eso era de "niñas." Cuando crecí un poco más, abandoné planes como irme de fiesta o pasar la tarde con un chico de mi clase, por otros como pasear por la playa o hacer fotos a todo lo que veía.
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Mi refugio ~Juantin
FanfictionJuanjo vive de fiesta en fiesta y está descuidando su tercer año de carrera. A ojos de la gente es brusco y borde. Pero solo los que le conocen saben que eso no es verdad. Martin es todo lo contrario. Un chico calmado y tímido. Vive atado a su novio...