Mi refugio ~Juantin

El Ex (46)

⚠️ (Contiene escenas +18)

Juanjo

Ayer tuvimos una pequeña discusión. Bueno, ni siquiera fue eso. Pero me sentí muy mal porque no sabía cómo contarle lo que había pasado en la fiesta y cuando lo hice, me arrepentí al segundo de haber pegado al idiota ese. 

Me sentí aún peor cuando vi que el cabrón le había enviado un mensaje "amenazador". No sé qué pretende con eso, pero Martin es de las personas que le dan mil vueltas a las cosas y se que no ha parado de pensar en ello en toda la noche, porque ha estado muy intranquilo.

-¿Estás bien?- Es la cuarta vez que se levanta esta noche para ir al baño y me está empezando a preocupar.

-Si.- Se vuelve a tumbar a mi lado y me abraza.- Es que no me gusta que nos gritemos.

-No nos hemos gritado. Y si a ti te ha parecido que sí, pues lo siento.

-No quiero que estemos mal.- Pese a la penumbra de la habitación, puedo ver sus ojos brillantes y me muero de pena.

-No estamos mal. Estamos mejor que nunca.- Acerco su cara y le doy un corto beso.- Intenta dormir, anda.

Se pega mas a mi y cuelo una mano dentro de su camiseta, para acariciarle la espalda. Entre eso y su suave olor, nos quedamos profundamente dormidos.

Un nuevo día llega y nos levantamos para enfrentarlo de la mejor manera posible. Jugamos con el agua mientras nos lavamos los dientes después de desayunar, hasta que Bea nos echa del baño, argumentando que no tenemos diez años para estar haciendo eso.

-Que aguafiestas eres.

-Aguafiestas no, pero como sigáis así, de donde os voy a echar va a ser de casa.- Volvemos a la habitación entre risas y ni nos molestamos en vestirnos.

Estando de vacaciones no tenemos ninguna prisa por hacer nada, y con el tiempo que hace en Madrid por estas fechas, no nos quedan muchas opciones más que la de quedarnos en casa.

-He pensado en cómo sería tu nombre en francés.- Se ríe bajito y me mira extrañado.

-¿Por?

-El otro día me aburría esperándote cuando estabas con las Ruski y se me vino a la cabeza.

-Aja. ¿Y cómo me llamaría entonces?

-Magtan.

-Me gusta. Tiene clase.- Le imito poniendo voz de bebe y se ríe a carcajadas.

El resto del día pasa lento y aburrido, y cuando mejora un poco la temperatura afuera, le preguntó si le apetece salir a andar. Para mi sorpresa, me dice que no.

-Pero vete tú. No te quedes aquí por mi.

-Eso, que ya voy a empezar a pensar que os han pegado con superglue o algo.- El sevillano habla desde el sofá, causando que Martin se ría.

-Vale. Vuelvo en una hora.

Camino un rato hasta que llego a una explanada, salpicada de un montón de colores por las flores que hay, y saco mi teléfono para hacerle una foto, que después le enseñaré al vasco porque se que le vuelve loco la naturaleza.

Al volver a casa, oigo la música a todo volumen desde el baño y se sin ninguna duda que Martin se está duchando.

Pagaría por ver uno de esos conciertos privados que hace en la ducha cantando y bailando.

Entro en la habitación y su móvil suena con la llegada de una notificación. No tendría que mirarlo, pero mis ojos se van solos. Nunca nos ocultamos nada así que estamos acostumbrados a leer las notificaciones del otro sin problema.