Mi refugio ~Juantin

Cumpleaños de Juanjo (28)

Juanjo

20 años. No sé como ha pasado el tiempo tan rápido. Parece que fue ayer cuando me estaba mudando a Madrid lleno de dudas y miedos.

Al despertarme, noto unos brazos rodearme por la espalda.

¿He dormido en casa de Lara?

No creo. Lo último que recuerdo fue estar hablando con Martin por la noche.

Abro los ojos un poco más y giro la cabeza. El vasco está durmiendo con la boca abierta, y es la cosa más mona que he visto nunca.

Pero, ¿por qué estamos durmiendo juntos?

No lo despierto, aunque me esté muriendo de calor, y le observo unos minutos. Miro como su pecho sube y baja lentamente, y como sus brazos parecen no querer soltarme.

La alarma infernal de Bea suena desde el otro lado de la casa, haciendo que Martin se asuste y se despierte de golpe.

-¿Qué? ¿Juanjo?

-Me he debido de caer de noche.- Asiente, pero no se suelta.- Le he dicho a Bea que baje el volumen de su alarma cientos de veces, pero ni puto caso.

-No pasa nada.- Nos sonreímos mientras seguimos abrazados.- ¡Espera!- Se aparta un poco para mirarme mejor.- ¡Feliz cumpleaños!

Mierda, lo sabe.

-Gracias.- Ahora sí, me levanto de su cama y voy a mi armario para decidir qué ponerme.

-¿Por qué no me lo habías dicho?- Noto un tono de tristeza en su voz.

-Es una fecha más. No es muy importante para mi.

-Qué pena. A mi me encanta mi cumpleaños. Me siento muy especial ese día.

Siendo tú, tendrías que sentirte especial todos los días.

Nos vestimos y después desayunamos los cuatro juntos en la cocina. Ninguno comenta nada referido al día de hoy, pero noto como los tres me miran, esperando a que diga algo.

El resto del día pasa lento y aburrido. Recibo los mensajes de mis padres y de mi hermano felicitándome, pero tampoco me ilusionan. Martin está demasiado atento y complaciente el día de hoy. No para de hacer cosas por mi.

-Llevas mal puesto el collar. Espera.- Es la quinta vez que hace algo y aunque debería de desesperarme, sonrió como un niño cada vez. -Así, bien guapo.- Me da unas palmaditas suaves en el pecho y yo me rio.

Después de comer, salgo a la calle para comprar las cosas de la fiesta de esta noche. No me acompaña nadie y eso me deja un rato libre para pensar.

Inevitablemente, Lara y Martin van a estar juntos en la fiesta. Y no sé cómo lo voy a manejar. Sé que cuando mis amigos beben un poco de más, sueltan mucho la lengua, y me da miedo que digan algo que no deberían.

O peor aún, que yo haga algo que no debería.

Cuando vuelvo a casa, Ruslana y Chiara ya han llegado y están charlando tranquilamente con Martin. Siempre que los veo a los tres juntos, me invade un sentimiento de felicidad. Con ellas, veo feliz a Martin como no lo veo con nadie más.

-¡Felicidades! ¿Cómo es que no nos lo habías dicho?

-Dice que es un día normal para él.- El vasco habla por mí y casi que se lo agradezco.

Pasa una hora y mi amiga Denna llega con su novio. Álvaro también ha invitado a Paul y Lara está de camino.

¿Cómo vamos a caber todos en un piso que no es tan grande?