Mi refugio ~Juantin

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Martin

Dos frases de una canción. Solo es necesario eso para que mi corazón de un vuelco.

Me entran unas ganas atroces de responder a la historia diciéndole que si que le quiero, y que este día entero sin él ha sido un tormento para mi. Pero opto por subir yo otra indirecta, porque después de mi relación con Hugo he aprendido que no tengo que arrastrarme por nadie.

Aunque la verdad es que por Juanjo lo haría.

Subo una foto del parque en el que vimos patos hace más de un mes, acompañándolo con la canción "Quiero Que Vengas" de mi artista favorita, Amaia. El título es claramente un mensaje directo para él y espero con ansias que lo vea mientras desayuno en casa de Chiara.

Me vine aquí con ella porque no soportaba verle en cada esquina aunque no estuviera. Lo sentía en cada rincón de la casa y me estaba volviendo loco.

-Martin, te estaba hablando.- Kiki me mira desde el otro lado de la mesa, extrañada.

-Sí, perdón. Te escucho.

-No, no lo haces. Estas ahí con el móvil pegado, esperando a que te escriba tu lover.

-Que va.- Encara una ceja y sé que ya no le puedo mentir porque me pillaría.- Bueno pues sí, lo estoy haciendo. Pero que no creo que me escriba.

-Si es que aunque me lo hayas explicado mil veces, sigo sin entender porque estáis enfadados.

-Yo tampoco lo entiendo, Kiki.

Decidimos dejar el tema porque cuando entraba en bucle hablando de Juanjo, podía estar así horas, y no era el plan. Ruslana me había pedido cita en la peluquería para dentro de diez minutos y como no, estábamos llegando tarde.

La idea de hacerme un cambio de look llegó después de que las dos se hartaran de verme llorar desconsoladamente por el maño, y la pelirroja, que es una especializada en que no le salgan las cosas bien en el amor, siempre tiene la solución.

-Ya verás. Vas a estar guapísimo y nadie se te va a resistir.

-Rus, que no quiero ligar con nadie.

-Bueno, pues así haces que Juanjo se muera por tenerte.

Asentí a regañadientes, y ahora me encuentro sentado frente a un espejo, con un montón de artilugios punzantes a mi alrededor y viendo por el reflejo a mis dos amigas sentadas en un sofá, esperándome emocionadas.

-¿Qué te quieres hacer?- El peluquero tiene pinta de que me va asesinar en cualquier momento, pero me recuerdo que no puedo juzgar a nadie sin conocerle.

-Pues...- Me viene a la mente lo que me dijo mi hermana un par de semanas atrás y me decido por eso.- El mullet.

Empieza a cortarme el pelo como se lo he pedido, mientras las Ruski cuchichean detrás nuestro. Cuando el peluquero, que he descubierto que se llama Toni, se va un segundo dentro de la trastienda, las dos se acercan a donde estoy.

-¿Te vas a hacer lo que creo que te vas a hacer?

-¿El mullet? Sí.- Las dos pegan un chillido que asusta a los clientes que se encuentran a nuestro lado.- Llevaba ya un tiempo pensando en hacérmelo.

-Vas a estar guapísimo, Martin.

-You're gonna look fantastic.

Las dos se retiran a su sitio cuando el hombre vuelve y continúa con su trabajo. Termina y salimos de nuevo a la calle, después de haberle pagado.

-No se si me convence mucho.- Veo mi reflejo en el cristal de un escaparate, intentando asimilarlo.

-Pues yo creo que te queda muy bien.- Una voz habla detrás mío, pero sé a quién pertenece sin necesidad de girarme.