Mi refugio ~Juantin

Without You (53)

Juanjo

Han pasado dos días desde que me puse malo. No mejoré al día siguiente, así que Martin prácticamente me arrastró hasta el médico. No tengo nada raro, solo es una gripe normal de invierno, pero el vasco invierte cada segundo de su día en saber si estoy bien o si necesito algo.

-Martin, te quiero demasiado, pero no me estoy muriendo.

-Ayer por la noche tosías muy raro. Venga, tómate las pastillas.

Juro que es peor que mi madre, y ella se ríe a carcajadas cuando se lo cuento por teléfono.

-Pobrecico, encima que está cuidándote todo el tiempo.

-Si yo se lo agradezco, pero me está empezando a agobiar un poco.- Aprovecho que está en la ducha para hablar de él, porque no me deja solo nunca.

-Bueno, pues yo me alegro de que alguien se preocupe por ti tanto como yo.

-Hodaa.- El susodicho entra al salón y se tira a besar mi cuello nada más llegar.

-A ver cuando te lo traes por aquí que lo quiero conocer.- Tengo el manos libres, así que Martin también lo oye y se queda a cuadros.

-Te está escuchando ahora, mamá. Es tu oportunidad.

-¡Martin! Dime que lo he dicho bien, porque he estado ensayando estos días para no decir la tilde...- Puedo oír la emoción en su voz y se me forma en la cara una sonrisa casi sin quererlo.

-Sí, lo has dicho perfecto.- Y de la nada, se sienta a mi lado en una silla y coge mi móvil, para ponerse a hablar con ella.

No me esperaba que tuvieran tanto en común, pero se quedan hablando por más de una hora. A mi no me dejan intervenir en ningún segundo, ni siquiera cuando hablan de mi.

-Te ha caído bien, ¿no?

-¡Genial! Espero que yo a ella también.

-Le has encantado, te lo aseguro.- Le doy un beso en la mejilla antes de irme a la habitación.

Después de dormir un poco más, porque la medicación me deja tonto y cansado, Martin entra en el cuarto y se tumba a mi lado, cargando con su portátil.

-He comprado las entradas para la gala de navidad que hace la academia.- Le sonrío animado, porque sé que esto le hace mucha ilusión.

-Vas a bailar genial, como haces siempre.- Se pega un poco más a mi, pasando un brazo por mi cintura.

-Y hay alguna sorpresa que tu no sabes.- Me mira mordiéndose el labio, y me vuelve loco. Descansamos unos segundos hasta que reparo en algo.

-Pero si no me había dado cuenta de que llevabas las gafas.

-Me has pegado el dolor de cabeza.- Dice, poniendo cara de pena.

-Es que pareces un bebe, me muero.- No me contengo a agarrarle la cara y plantarle un beso, que se extiende unos segundos más de lo normal.

-Wow, Juanjo romanticón.

-Espera que te hago una foto.- Alcanzo el móvil de la mesilla y le hago la foto. Tiene la boca entreabierta y los labios hinchados por el beso que nos estábamos dando antes, y me mira con esos preciosos ojos que me encantan. Obviamente la subo a instagram. Sin texto, pero mencionándole junto a un corazón blanco.

-Estoy triste.- Suelta de repente, y me giro para verle mejor.

-¿Por?

-Porque me he dado cuenta de que ninguna cámara va a poder captar tu belleza.- Me pilla tan desprevenido que no me lo creo.