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Carlos

5:00 am.

Hoy es uno de los días donde quiero mandar a todos a la mierda y dormir 10 horas seguidas. Sin embargo, por más que quiera, hoy no es uno de esos días.

Después de cambiarme, vuelvo a el mismo parque de ayer donde encontré a Charles. No es que lo vuelva a ver, nadie quisiera volver más de una vez al lugar donde casi mueres.
Comienzo a correr por todo el parque hasta llegar al punto más oscuro de este, tomo asiento en la misma banca donde encontré a Charles.

Por un momento, llegué a pensar que había una posibilidad de que Charles sea el omega que encontré aquella madrugada, pero simplemente no cuadra. Además, reconocería los ojos de Charles si los hubiera visto antes, aunque no quiera me he dado el tiempo de admirarlos, ese color verde claro realmente atrapa y hace que mi cuerpo reaccione de tal manera que no puedo controlarme.

Cómo sea.

Vuelvo a casa y luego voy a la oficina, aún no hay mucha gente cuando llegó, nada raro. Llegó al último piso y Lucero ya está aquí.

—Señor, mañana tiene un vuelo a Londres para la junta con los nuevos clientes

—Ya lo se y creo que ya sabes que hacer—¿Tan inútil es?

—Si señor, pero hay un detalle.

—¿Que detalle?—Es muy temprano para que termine con la poca paciencia que tengo.

—Mande a preparar el avión y reserve el hospedaje, pero aún no me dice quién irá con usted además del arquitecto Verstappen.

—Mmm, dejame ver—Hago como que pienso—Tu, para eso te pago.

—Estare incapacitada y usted lo autorizó—Debo de revisar que tanto autorizo urgentemente—Creo que le corresponde a Charles ir con usted, ¿Quiere que le avisé?

—No, cuando llegue pásalo a mi oficina, yo le diré.

Paso un rato contestando un par de cosas pendientes cuando llama Lucero.

—¿Que pasa?

—Charles ha llegado, en un momento entra.

Estoy dejando el teléfono en su lugar cuando Charles se asoma por la puerta.

—Pasa Leclerc.

—Cierra la puerta, por favor —le pedí, señalando el asiento frente a mi escritorio. Se sentó sin decir una palabra, esperando.

—Charles, antes de abordar los temas de trabajo, quería asegurarme de que estás bien —empecé, observándolo detenidamente—. Lo que ocurrió en el parque… ¿cómo te sientes?

Charles desvió la mirada por un momento, visiblemente incómodo al recordar el incidente.

—Estoy mejor, gracias por preguntar —respondió finalmente, su voz apenas un susurro—. Fue… inesperado. No suelo tener esos ataques, pero ha sido un poco abrumador.

—Es comprensible, Charles —dije con suavidad—. El trabajo puede ser exigente, y es importante cuidar nuestra salud mental. Si necesitas más tiempo o apoyo adicional, solo dímelo.

Asintió, agradecido, pero con la misma mirada de determinación que lo caracterizaba.

—Aprecio su preocupación, señor. Realmente. Intentaré manejarlo mejor.

—Ahora, hablemos de algo aún más importante.

Charles se enderezó en su silla, listo para cualquier tarea que le encomendara. Abrí un archivo en mi computadora y empecé a detallar.

—He estado revisando los planes para el próximo cliente. Un proyecto crucial en Londres y necesito que estés allí conmigo.

Una leve arruga apareció en su frente mientras me miraba, claramente sorprendido.

—Señor, con todo respeto, creo que podría ser más útil quedándome aquí y asegurándome de que todo siga funcionando sin problemas en su ausencia y... —titubeó, buscando las palabras adecuadas—Y la de Lucero.

—Esta vez no es posible —interrumpí, alzando una mano para detener su protesta—Ni es negociable. Lucero estará incapacitada, no podrá ir conmigo, por eso tú vas conmigo.

Leclerc respiró hondo, como si estuviera reuniendo fuerzas.

—Entiendo que Lucero no pueda ir, pero yo no estoy tan capacitado para ir con usted.

—Leclerc, sino fuera sumamente necesario, iría sin ti—respondí, suavizando el tono—Este viaje es vital para la empresa, y por ende, para la estabilidad de todos nosotros. Además, no será tan largo como crees, una semana a lo mucho.

Vi la lucha interna en sus ojos. Es un hombre dedicado. Admiraba eso de él, y precisamente por eso lo necesitaba a mi lado en este viaje.

—Piensa en ello, Leclerc —añadí, levantándome para concluir la conversación—Te llevarás una buena bonificación.

Charles asintió lentamente, aunque no parecía del todo convencido. Pero sabía que, al final, su profesionalismo y sentido del deber prevalecerían.

—De acuerdo, señor. Haré los arreglos necesarios —dijo finalmente, poniéndose de pie.

—Entonces te veo el Lunes, 7 de la mañana aquí y no llegues tarde.

Lo vi salir del despacho, consciente de que había dejado una carga pesada sobre sus hombros, pero seguro que podrá aguantar.

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LEC16SAI55 🫶🏻.

Obra Del Destino || CharlosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora