Recuerdos del futuro

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Aunque la naturaleza de Ted era cambiar de apariencia, en los últimos meses le era difícil al menos cambiar el color de su cabello y por más que se esforzaba solo lograba hacer que su cabello se tornara café, rojo, verde y morado. Pero su abuela lo veía normal a su edad.

Volvió a intentarlo, cerró los ojos con fuerza haciendo que la magia fluyera. Pero un codazo y la voz severa de su profesor lo saco de sus pensamientos.

El profesor de defensa estaba delante de él con los brazos cruzados. –Supongo que no pone atención porque ya sabe el hechizo. Demuéstrenos.

Ted dio un paso al frente de la clase, tomo su varita con fuerza y se concentró en un momento feliz, a los pocos segundos exclamo: – ¡Expecto Patronus! – Un halo color azul salió de la varita, rápidamente tomando la forma de un lobo. El animal corrió por todo el salón impresionando a todos los presentes, cuando dejo al profesor con la boca abierta el lobo se esfumo.

El profesor carraspeo. – Bien...

-¿Solo bien? – dijo Carl en manera de protesta.

-Solo bien. – Reafirmo el profesor con el ceño fruncido – Ya que se sabe el tema a la perfección puede retirarse. – Luego se dirigió a toda la clase – Conforme logren el hechizo pueden ir se, ¡empiecen!

Carl arrugo la frente. – No es justo, sabe que ninguno de nosotros lo lograra.

-Podrían comer algún "caramelo" – Se alzó de hombros despreocupadamente, mientras Carl sonreía ampliamente.

(...)

El metamormago estaba sentado cerca del aula esperando a que sus amigos salieran, cuando de pronto una vocecilla le cuestiono: – ¿No sería más fácil si te tomas una poción?

Sabía perfectamente quien le hablaba, por lo cual simplemente negó con la cabeza para luego seguir en lo suyo.

-¿Por qué no? – volvió a preguntar.

-Porque no se puede, es como... – Hizo una mueca, pensando en cómo podría explicarle – Si alguien tratara de ser veela usando una poción, no se lograría porque es algo que llevas en tus genes ¿entiendes?

La pequeña rubia se alzó de hombros. –Como sea, si yo fuese metamormaga ya lo habría logrado. – le dijo con arrogancia

Ted cerró los ojos con más fuerza, haciendo uso de su paciencia. – ¿No tienes a quien más molestar?

-No, ahorita no. – Podía imaginarla sonriendo "inocentemente" – Teddy Hulk... – Susurro dejando escapar una risita

Abrió los ojos de golpe – ¿Qué acabas de decir?

La niña se cubría la boca con las manos reprimiendo su risa, lentamente señalo su cabello. –Teddy hulk

El rojo era el color de la ira, pero cuando Victoire lo molestaba – que era todo el tiempo desde hace un año– su cabello se pintaba de color verde. De pronto la pequeña no pudo aguantar la risa y empezó a carcajearse.

-Tu cara esta roja... deberías de hacer lo mismo con tu cabello ¿no crees? – Vicky seguía riéndose, se levantó del suelo y corrió por el pasillo mientras gritaba "Teddy hulk"

Doblando por el pasillo apareció Cindy, la castaña de quien estaba enamorado Ted. Paso sin detenerse a charlar, nada más lo saludo con un leve asentimiento de cabeza.

Emocionado la siguió para platicar, era el momento para conocerse mejor y quizá para invitarla a Hogmeade ese fin de semana. Pero para su mala suerte sus amigos aparecieron delante de su camino, perdiendo a Cindy de vista.

Viviendo La Historia de Nuestros PadresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora