Decisiones

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Atreves de un radio viejo los Lupin, como otras tantas familias recibieron el llamado de que Harry Potter se encontraba en Hogwarts y tanto los mortifagos como Lord Voldemort iban tras él.

El objetivo de la orden era proteger a Harry incluso con sus vidas, para todos el joven mago era su esperanza al ser el único con poder suficiente para derrotar al señor oscuro, pero para Remus solo era un niño que esa noche lo necesitaba.

Interponiéndose en la puerta estaba Ted, pidiéndole a su padre que no abandonara la casa. –Voy a ir, no me hagas hechizarte... por favor. – dijo Remus mientras terminaba de abotonarse el suéter viejo.

–Ya van a ir otros magos, no les harás falta allá, pero aquí si....

Remus negó. – Nunca está de más una varita de más.

–Yo iré, pero tú quédate. – Remus negó.

–Harry es hijo de uno de mis mejores amigos, no voy a dejarlo solo, quiero que me vea ahí y que sepa que los merodeadores pelearan junto a él y por él esta noche. – Remus puso su mano en el hombro del muchacho. – Hace unos meses te odiaba porque creía que querías robarme a mi novia, pero ahora te veo y... – tomo aire y sonrió – quédate a cuidar a la familia.

Ted volvió al cuarto por su chaqueta y se acercó a la cuna. –Prometo que lo traeré con vida, okay Teddy? – para después salir corriendo tras Remus.

Con ayuda de Aberforth varios miembros de la orden pudieron entrar al castillo sin inconvenientes y despues de meses al fin Rose se reencontró con su hermano Hugo, más seguro de sí mismo pero seguía siendo un niño. La misma emoción fue para James al ver a Lily.

–Pensé que ya te había crecido barba. – dijo James mientras abrazaba a su hermana. – Y si ahora eres alcohólica está bien, pero mientras que no hayas adoptado a una cabra puedo aceptarte lo que sea ¿entendiste?

La pequeña Lily soltó una risita. –Que tonto. Pero no he estado sola, no del todo ¿sabes? – a sus espaldas apareció Daphne, físicamente nada había cambiado de la última vez que se vieron en el tren cuando James le suplicaba que se quedara con él, pero claro, un montón de situaciones la habían hecho cambiar. Y muy a su pesar, sus sentimientos por la rubia no habían cambiado.

–Hola James. – saludo la rubia mientras se asomaban sus lágrimas. – Te extrañe... Intente buscarte pero tenías misiones y Rose me dijo que te habían mandado a

El pelinegro interrumpió. – ¿Qué Rose, que?

–Ella dijo que te habías ido

De pronto apareció Rose con el rostro mojado, rojo y notablemente molesto. –Para ti, James está en la luna, ¿Cuántas veces tengo que decírtelo?

– ¿Qué? – repitió James. – ¿Cuándo te dijo eso, CUANDO LE DIJISTE ESO, ROSE?

La pelirroja se asustó por la reacción de su primo pero no se arrepentía de nada. –No importa, te estaba haciendo un favor, te rompió el corazón, yo solo me aseguraba de que no lo hiciera de nuevo.

–No tenías ningún derecho de ocultármela, ELLA NO ES SCORPIUS. – grito James, a su vez que Hugo se ponía entre ellos para proteger a su hermana.

Rose se limpió las lágrimas que volvían a salir pero por un motivo diferente al anterior. Tomo a Hugo de la mano y se apartó. –Lo es, no te cegués como yo.

(...)

Para cuando los mortifagos entraron al castillo un grupo de primer a tercer año se habían quedado en medio de su huida de la batalla, por lo cual Lily se puso enfrente de todos ellos sabiendo lo difícil que sería salir de ahí pero con un poder de liderazgo que la hacían única. En esos meses los estudiantes la conocían por su papel de informante al llevarle a sus compañeros no solo información, también comida y cobijas cada que salía a sus lecciones con Aberfoth.

Hizo que todos se cuidaran las espaldas hasta llegar a la torre de gryffindor con ayuda de las pinturas colgadas en las paredes, ya que al ver el peligro en el que estaban los jóvenes estudiantes les gritaban hechizos, para que tan solo los repitieran y repelieran los ataques.

Aun estando fuera de peligro las paredes temblaban y los vidrios vibraban. – ¿¡Alguien ha visto a Molly!?

Nada.

Se amarro el cabello y fue directo a la salida, en su camino se interpuso Hugo. –Si sales es para no volver, no lo lograras...

–Eso significa que Molly no lo logro y no pienso no hacer nada. ¿Entiendes?

Hugo suspiro. –Voy contigo. Odio la idea, pero lo hare.

–Quédate, volveré enseguida, además debes cuidar de los demás. ¿Lo harás, no?

Pero al salir, confiando en que no podría morir por el hecho de no haber nacido aun en esa época se confió de más y un montón de arañas la envolvieron en sus telarañas y la llevaron a lo más recóndito del bosque prohibido.

Por otro lado, la causa de que Lily abandonara su salvación en la torre de gryffindor estaba en medio de la batalla junto a Percy, así es, Molly había abandonado a sus primos para quedarse a un lado de su padre. Y al creer que nadie se preocuparía de donde pudiese estar, jamás les aviso a sus primos.

(...)

James y Fred ll eran como hermanos, hacían todo juntos desde que tenían memoria y en ese momento, en el que la vida de uno de sus tíos estaba en peligro Fred ll no pensó en nadie más que en James para ayudarle en su misión de salvar a Fred de la muerte.

– ¡Rápido James, debemos impedirlo! – jadeaba Fred ll guiando el camino, había corrido previamente por aquellos pasillos escapando de una bomba fétida o corriendo hacia un partido de quiddith, no se imaginaba que lo haría por una razón diferente. – ¡Ahí!

A unos metros estaban cuatro cuerpos, uno era el de su prima Molly, apenas visible entre tanta gente, luego estaba Percy y junto a ellos estaban Fred y George con apenas unos rasguños. Se les unieron Fred ll, James y Daphne.

– ¡Acabe con uno, aquí! – Grito Percy – Espero tengas influencias en azkaban, idiota.

Los gemelos comenzaron a reír, pero Daphne soltó la mano de su novio y se inclinó hacia el mortifago. – Es mi padre.

De pronto quedaron en silencio. – ¡James, tengo que sacarlo de aquí, ayúdame!

El pelinegro se acercó a su novia para alejarla del mortifago, pero el hombre hablo. –Prefiero ver a mi hija muerta, que peleando del lado incorrecto. – saco rápidamente su varita y lanzo un bombarda justo a la espalda de Fred dejándolo sepultado entre escombros y a George, Ron y Percy llorando un cuerpo.

El mortifago apunto a Daphne, pero termino por matar a Fred. El destino no podía cambiarse por más viajes en el tiempo que hubiera pero eso no le importaba a Fred ll, mucho menos a James quien de cierta manera sentía que había provocado eso.

–Y-yo pe perdón. – articulo con esfuerzo la rubia. Hecha un mar de lágrimas intento tomar el brazo de James.

Fred ll sentía que la culpa era solamente de Daphne, así que con los ojos rojos y llenos de lágrimas la fulmino con la mirada. – ¡LARGATE!

La rubia miro a James esperando que se fueran juntos, que se pusiera de su lado tal y como había dejado a su familia por él pero eso no paso y James solo bajo la mirada. Porque lo que Daphne no sabía era que había pocas personas que estaban por encima de su lazo con Fred ll y para su desgracia, ella no era una de esas personas.

Viviendo La Historia de Nuestros PadresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora