Varitas... muchas varitas

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Cinco varitas apuntaban los pechos de Fred y James amenazando con hechizarlos. La castaña interrumpió el ataque.

-¡Alto! No pueden hechizarlos, por más que los merezcan. –lanzo una mirada de reproche a ambos.

Pero Luna no bajo la varita.-Pero si son unos idiotas.

Algunos la apoyaron excusándose con “Han arruinado el futuro”, “¡Vamos a morir por su culpa!”. La situación parecía salirse de control

-¡basta! – todo el mundo guardo silencio, cuando Ted hablaba todos callaban – Somos una familia y saldremos juntos de este lio. –Otros lo apoyaron murmurando – Así que todos esperaremos a que el profesor Dumbledore pueda regresarnos a nuestro tiempo.

Con esas palabras las varitas dejaron de apuntar el pecho del pelirrojo y del azabache. Luna con cara inocente pidió la palabra. -¿Podemos pegarles a la manera muggle. –Ted sonrió y le revolvió el cabello.

-No pequeña. – Detrás del muchacho James le sacaba la lengua a su hermana. –Iré a buscar otro compartimiento, nos vemos en la cena. –miro por unos segundos a Vicky, que pareció que sus ojos azules se iluminaban. Deslizo la puerta desapareciendo inmediatamente.

La rubia se aclaro la voz la voz, parecía nerviosa y cuando estaba nerviosa le daba por hablar francés rápidamente, los únicos que la entendían en esos momentos eran sus hermanos. -Ire air frais. –con la mano hizo un ademan exagerado de calor.

Dentro del vagón quedaron Molly, Ron, Hermione, Fred, Hugo, Luna y James, este último miro burlón a su hermana. Se agacho un poco para quedar a su altura y con sarcasmo le dijo. –Lo siento, no puedes pegarme enana. Soy inmune.

Ella enarco una ceja. - ¿inmune? ¿Qué es eso? –empleo el mismo sarcasmo que su hermano y acto seguido le dio una patada en sus partes, le dedico una sonrisa y fue a sentarse junto a Hugo que la miraba impresionado.

A James le faltaba el aire, estaba arrodillado en el suelo. – Le diré a Ted. – con ayuda de Hermione y Molly lo llevaron fuera, entre más lejos estuviera de su hermana mejor.

Cuando logro recuperarse abrió cada vagón que estaba a su paso buscando a Ted. Lo encontró, pero no de la manera que hubiese deseado. Su “hermano” + prima Vicky + besos apasionados = James traumado. Empezó a gritar. -¿Qué les ocurre? – pareciera que estaba a punto de desmayarse.

Ambos se separaron rápidamente y le hechizaron la boca para que no hablara. –Te explicaremos, pero quitaremos el hechizo cuando hayamos terminado ¿de acuerdo?

El joven azabache asintió levemente.

Continúo Ted. Victorie y yo somos novios desde hace siete meses, no queríamos decirles nada hasta que supiéramos que iba a funcionar.

Empezó a alternar sus ojos en la pareja rápidamente. Era el turno de la rubia que trataba de no sacar su acento francés. –Y ha funcionado, les íbamos a decir la noche en que TÚ y Fred nos llevaron a esta época y a partir de allí las cosas se han ido complicado. Ya sabes, nuestros padres jóvenes, una guerra próxima y en nuestras manos esta no arruinarlo.

La pareja le quito el hechizo. Parecía enojado. –Somos hermanos, debí de saberlo, pero no de esta manera. – se recargo – Ahora no se si pegarte por besarte con mi prima o darte un abrazo por que tiene novia.

Ted sonrió de lado y alzo la mano. – Voto por el abrazo. – Vicky coincidió, así que el azabache los abrazos a ambos.

Cuando el tren disminuyo la velocidad, les hizo promete que les contarían al resto.

Y así fue… y por fin la pareja se dispondría a vivir su amor sin ocultarse.

Viviendo La Historia de Nuestros PadresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora