La boda. Parte 2

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Un par de cabellos rojos volaban fuera de la trenza pelirroja que hace pocas horas su abuela le había hecho con especial cuidado debió a lo corto de su cabello. Aun asi, su abuela le había dicho que había resultado fácil y como no, si a comparación de Lily ella si se había quedado quieta en el banquillo.

Aquella noche de festejo había tomado una de las sillas del evento y había abandonado la carpa para irse a sentar en la entrada de esta, pues esperaba con ilusión ver a su padre o al menos no ser un estorbo para sus primos.

"Aunque ¿Qué estorbo si todos la ignoraban?" pensó y rápidamente alejo ese pensamiento pues por esas creencias había terminado siendo manipulada por una parte del alma de Voldemort.

Apenas se dio cuenta cuando una figura robusta se colocó a un lado. – ¡Abuela Molly! – dijo con sorpresa la pequeña pelirroja apresurándose a abrazarla.

Si, abuela. Después de enterarse – de una parte – de lo que había ocurrido con la pequeña Molly, la señora Weasley le pidió que la llamara "abuela" y con gusto la pequeña acepto.

– ¿Qué haces aquí tan sola mi niña? No me digas que Hugo y Lily volvieron a...

–No no, yo fui quien se alejó. – se apresuró a contestar la pequeña Molly. – Espero a alguien.

La señora Weasley soltó un suspiro melancólico. – Yo igual mi niña, esperaba a Percy ¿recuerdas que te hable de mi otro hijo? – la pequeña Molly asintió – Pues le envié una invitación con la esperanza que viniera a la boda de su hermano pero...

Ambas soltaron un suspiro. Detrás de ellas Fred ll apareció provocando que ambas saltaran del susto. – ¿Por qué esas caras tristes? Sé que esto es agobiante por la nula libertad que tendrá ese pobre perro pero intentemos ser felices por la boda de Bill, porque no está del todo muerto ¿Qué dicen?

 – ¿Por qué esas caras tristes? Sé que esto es agobiante por la nula libertad que tendrá ese pobre perro pero intentemos ser felices por la boda de Bill, porque no está del todo muerto ¿Qué dicen?

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La señora Weasley sonrió levemente. – Hijo, el matrimonio no es cómo crees que es.

El pelirrojo se alzó de hombro. – Y no pienso averiguarlo, porque mejor no me llevan a bailar – inquirió Fred poniendo sus brazos por arriba de los hombros de las dos mujeres – aprovechen, porque hay una fila de hermosas francesas esperando por mi

La señora Weasley soltó una risa, quitándose un poco de la melancolía que tenía en ese momento. –Yo aún tengo gente que saludar, pero ve tu Molly.

La pequeña niña alzo la mirada con timidez, sin dar respuesta. Fred ll hizo una reverencia hacia Molly. – ¿Me aceptaría esta pieza, princesa?

Molly se cubrió parte del rostro con las manos y volvió a alzar la mirada hacia su abuela, quien le sonrió y le murmuro un "anda, ve"

– ¿Y las francesas hermosas? – Dijo Molly con voz apenas audible – Y y y después de que bailemos... ¿me quedare sola?

Fred ll sonrió, forzándose por no quebrarse pues había entendido lo olvidada que estaba. Todo el tiempo se la pasaban preocupándose por Hugo y Lily pero ¿Quién se preocupaba por Molly? Con un nudo en la garganta se inclinó para estar a su altura – Nunca más estarás sola. – la pequeña pelirroja bajo las manos y lo miro sin expresión, debatiéndose entre si confiar o no – Palabra de merodeador.

Viviendo La Historia de Nuestros PadresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora