Teddy bebé

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Pocas horas habían pasado, era tiempo de volver a resguardarse pues cada mago y bruja de esa fiesta tendría que resguardarse de los atracos y el caos que imperaba en Londres. Por ello, Teddy y sus padres se tenían que mover a toda prisa a pie al no poder aparecerse directamente en la casa de la madre de Tonks.

Sin aviso la metarmormaga se detuvo y comenzó a vomitar salpicando los talones de su esposo a quien vio apenada.

Remus se volvió hacia ella y la tomo del rostro. –No pasa nada, fue un accidente... ¿segura que todo esta bien?, ¿Te habrá caído mal el pastel? – Su esposa negó levemente apretándose el pecho.

–Lo dudo.

Remus frunció los labios preocupado por la situación de su esposa. Por otro lado, siendo consciente de que ese no era momento para detenerse Teddy aligero la situación. – Remus, tal vez es por tener que darte esa carne cruda lo que hace que tenga mareos.

Su madre soltó una risa y se enderezo. – No lo dudo, creo que la familia tendrá que ser vegetariana por un rato.

Ambos rieron logrando que Remus calmara sus nervios, así pudieron continuar con su trayectoria. A la mañana siguiente, durante el desayuno Teddy recorría con la mirada la sala esperando que su madre realmente no estuviera enferma, ya que si encontraba extraño sus mareos.

–Agradezco que te preocupes por Tonks, pero estará bien... – dijo Remus sin dejar de mover sus cubiertos.

–Eso espero... – Contesto el joven sin dejar de mover sus ojos por la habitación.

–Asi será.

Escucharon gritos dentro de la habitación de Tonks seguido del rechinido de la puerta, a los instantes llego la antes mencionada abrazando por la espalda a Remus y llenando su cara de besos. – ¡Voy a ser mamá!, ¡Vas a ser papá!

Comenzó a dar brincos por todo el comedor mientras que entraba Andrómeda asintiendo con la cabeza y con los ojos llorosos.

De un brinco Teddy se levantó de su asiento. ¿Cómo podría no saberlo? Era clarísimo, Tonks estaba embarazada de ÈL, con tantas preocupaciones se había olvidado de su nacimiento. Al salir de la impresión corrió hacia su madre y la abrazo fuertemente.

– ¡Vas a tenerme! ¡Yujuuuu! – celebro el joven. Viendo la expresión de confusión de su abuela se apresuró a corregir entre tartamudeos y nervios. – digo, va a tener un bebé, ¡van a tener un bebé!

Tonks cambio su cabellera amarilla a una rosada y volvió a abrazar a Remus, el cual seguía sentado y con los ojos muy abiertos.

– ¿Qué piensas? ¿Estas contento? – pregunto Tonks, sintiendo a su esposo respirar muy agitado. – ¿a los hombres lobos les pueden dar shock?

Lentamente Teddy se acercó a su padre y le movió el hombro, por su parte Remus vio a Teddy a los ojos y por un momento se vio en èl, en sus mejores años claro y salió del trance. Se levantó tan bruscamente de la silla que de no ser por los reflejos de Tonks, la podría haber tirado.

– ¡Hey! – grito Teddy. – Ten cuidado conmigo.

Remus tomo a su esposa del brazo y la llevo al dormitorio, cerrando detrás de ellos de un portazo. Durante las siguientes horas lo único que se escuchaba salir de aquella habitación eran gritos.

Teddy no entendía porque la noticia de su nacimiento seria razón para que ellos discutieran, la llegada de un bebé era un momento esperado, había visto a su padrino Harry y a tía Ginny esperar con alegría a sus tres hijos, incluso Percy el hombre serio también celebro la llegada de Molly, ¿Por qué Remus no?. "Cálmate Teddy, el mundo está loco, es claro que tu llegada será difícil. Por eso esta tan... tan así. Sí, es eso, estoy seguro".

La puerta se abrió de un portazo incluso más fuerte que el primero y de ella, saliendo rápidamente iba Remus con una pequeña maleta

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La puerta se abrió de un portazo incluso más fuerte que el primero y de ella, saliendo rápidamente iba Remus con una pequeña maleta. Entre la salida y Lupin se interpuso Teddy.

– ¿Qué?, ¿A dónde se supone que vas a estas horas?

Aun molesto, Lupin seguía siendo un hombre calmado. – Hazte a un lado.

–No. Merecemos una explicación.

Con pocas horas de haber llegado del trabajo, Ted el padre de Tonks se levantó de su sofá y con mirada penetrante vio a Remus. – Lupin, no soy quien para meterme en los problemas de su matrimonio, pero por respeto a mi casa, mi esposa y yo necesitamos de una explicación.

–Y yo también. – dijo Teddy.

Remus exhalo e inhalo profundamente antes de darse la vuelta y enfrentar a su familia política. –Tenian razón, el mundo tenía razón. No soy bueno para su hija, ¿no ve lo que le hice?, ¿A lo que la condene?

Ted padre, sin perder la compostura como su nieto, le hablo a Remus. – El mundo decía que mi amor por Andrómeda era un error, y míranos. – Se alzó de hombros – Puedes irte, créeme que nadie hará nada por impedirlo, tan solo mira a mi hija, ella desde su habitación está viendo lo que haces, pero ¿tú te das cuenta de lo que estás haciendo?. – Con pasos tambaleantes por la edad, dio unos pasos hacia Remus – Un hijo en estos tiempos es difícil, pero no imposible de cuidar. Demuéstrale al mundo, demuéstrate a ti que si eres bueno para mi hija...

Titubeando entre soltar la maleta y su salida, sintió la mirada llorosa de Tonks quien se tocaba el vientre. –No puedo. Perdóname Tonks, créeme que no quise... –señalo justo donde estaban las manos de su esposa y cerró los ojos fuertemente lamentando la noticia.

Y rápidamente aparto a Teddy de su camino y salió de la casa para ir con Harry y ayudarle con la misión que Dumbledore le había encomendado, solo así podría justificar algún día su fuga y mantendría su mente ocupada.

Tras de él, Teddy corrió lleno de furia y una profunda decepción a gritarle aunque su padre no pudiera escucharlo. – ¡Eres un cobarde, un maldito cobarde! ¿¡Cómo puedes dejar a tu familia!?, ¿¡No te das cuenta que ella te necesita!?

Teddy sentía una fuerte presión en su pecho, sus piernas se doblaron y sus puños temblaban, la propia voz se le quebraba. –Yo te necesito.


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