Arian tragó con aspereza al ver cómo la sangre encerrada en los iris de Rhys desbordaba hasta inundar la esclerótica y un par de pequeñas lunas de un anaranjado brillante aparecían en sus ojos. En otras circunstancias no habría sentido miedo; pero en ese instante le fue imposible evitarlo. Tan herido como se encontraba —en alma, mente y cuerpo— temor era la única emoción que podía sentir. Se habían entrelazado, fundiéndose en uno solo junto al dolor, y no tenía forma de saber dónde iniciaba uno o terminaba el otro. Arian se había perdido a sí mismo aquella noche, a la luz de la luna llena. En realidad, se encontraba atrapado en una jaula y cubierto de cenizas, rogando por ser liberado. Se preguntó si quizás Rhys...
«Ayúdame, por favor». Las palabras no lograron salir de su boca. Fue como si sus labios se apretaran hasta sellarse y el agujero en el que se convirtió su corazón se cerrase para que no pudiera ver los horrores que lo atormentaban. «Tengo mucho miedo. Ayúdame, Crimson. Por favor, por favor, por favor...». Sin importar cuánto lo deseaba, no se atrevió a pronunciarlas ante él. La cruda verdad era que le aterraba su desprecio incluso más que las torturas de Kean. ¿Cómo podría simplemente confesárselo mientras lo miraba a los ojos? Los mismos que lo habían contemplado con adoración desde su llegada y que en ese momento, no obstante, estaban llenos de odio y fuego.
Por el instinto de supervivencia que se apoderó de su cuerpo, dio un paso hacia atrás, mismo que él avanzó. Cuanto mayor era la distancia que interponía entre ambos para alejarse, más se acercaba. Rhys ignoró por completo a Cedric, quien frunció el ceño confundido, y continuó hacia adelante. En el momento en el que Arian se preparó para correr de regreso al bosque, lo atrapó por la muñeca y tiró de él hacia su regazo. Así, uno frente al otro, no logró huir de la intensidad de su mirada: la sangre y las lunas de fuego que giraban en su interior, que lo escudriñaban tratando de descubrir sus secretos. Arian se rehusó. No lo dejaría, ¿cómo podría explicárselo después?
«... Eres mío. Todos saben que eres mío. Él también lo sabrá». Las palabras de Kean se repitieron en su memoria como un cruel recordatorio. Aunque era consciente de que Rhys no lo amaba de aquel modo retorcido, una parte de él temió su rechazó. Después de todo, era enemigo de su medio hermano, ¿por qué querría continuar siendo amigo del títere que utilizaba a su voluntad?
Casi pudo verlo mover los hilos ensangrentados, en el interior de su mente, y le costó no llorar. ¿Podría ser el dueño de su vida en algún momento?
Los dedos de Rhys lo sostuvieron por las mejillas. Pese a la furia que lo invadía, e incluso saturaba el aire alrededor, la ternura de su toque lo alivió. Estaba conteniéndose para no agravar sus lesiones; entenderlo conmovió el corazón de Arian.
—Dime un nombre —murmuró con esa voz más allá de lo humano, que erizó su piel— y te daré su cabeza. No tengas miedo, nadie te culpará.
—Mmmme caí.
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Luz de luna carmesí | Manada de Crimson Lake#1 | 2 edición
Romance☜❤☞【2𝓭𝓪 𝓮𝓭𝓲𝓬𝓲ó𝓷】☜❤☞ ¿Es posible vivir sin la mitad del alma? A sus treinta años Rhys Badmoon no conoce la respuesta. Incluso si continúa esperando ser bendecido por la diosa, desde que lo apartaron de la única persona que alguna vez amó, en...