Cap. 7

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Los entrenamientos de Geto estaban siendo algo molestos, después de unas semanas sin tocar una cancha de manera eficiente ahora su resistencia estaba algo baja. Su cabello tampoco ayudaba mucho, le molestaba demasiado que a pesar de que lo cortaba regularmente siempre le crecía rápido.

Después de agacharse para subir las rodilleras a su sitio de nuevo, se lanzó hacia atrás los cabellos ligeramente largos que le cayeron en los ojos, estaban húmedos y el sudor también le corría por la frente.

— ¡Hey Suguru! —le habló su entrenador— Corta ese cabello o ponte algo en eso. No quiero ningún accidente ahora que podemos volver a jugar, se acercan las competencias.

Geto asintió despacio mientras quitaba una liga de su muñeca para atarse el cabello.

— ¡Vamos de regreso a la cancha, ya tomaron suficiente descanso para lo que resta de la temporada!

Cuando Suguru salió de los vestidores más tarde sus pantorrillas dolían un poco, tenía mucha sed y quería regresar a casa a descansar. Habían tomado un descanso de los ensayos durante dos días en lo que Yuji y Ryomen se hacían la prueba de ADN, Choso había insistido en ser él quien los llevara, pero ambos chicos se negaron. Ahora solo podían pensar en sabes dios que estarán haciendo, pero invadir su privacidad cuando estaban teniendo un problema grande no estaba en sus planes.

Mientras salía por la puerta de enfrente se despidió de algunos de sus completos de equipo, los árboles en la entrada del establecimiento eran frondosos y el sol estaba a punto de caer para esconderse en el horizonte por los que la temperatura era refrescante. El viento soplaba y estaba alborotando el cabello ligeramente húmedo del pelinegro, detrás de un árbol a la distancia observó una espalda y el uniforme de la institución. ¿Quien seguía ahí por voluntad propia?

Debería de ser alguna clase de friki extraño o alguien para el cuál era lo suficientemente malo regresar a casa y prefería perder el tiempo ahí afuera.

Conforme se acerca olió el distinguido olor del tabaco, y luego el humo ondeando por encima de una cabellera blanca que para su desgracia ahora conocía muy bien. No podía creer que siguiera ahí, ¿No tenía suficiente con mirarlo en clases y hacerlo sentir humillado?

Porque claro que Suguru recordaba lo sucedido en la clase del día anterior, el albino se había pasado la mayor parte de la clase de idiomas llamándome imbécil sin siquiera decirlo en voz alta. Estaba claro que Geto no sabría demasiadas palabras en cualquier otro idioma que no fuera el suyo si nunca hubiera salido del país, y tampoco había tenido una educación privilegiada como la del albino. Pero cada vez que lo corregía le miraba con una ceja alzada y una sonrisa come mierda en el rostro.

Suguru quería sacarla de su rostro de alguna forma.

Si era violenta mucho mejor.

Por lo que no le cayó nada bien verlo ahí, sentado debajo de un árbol fumando un cigarrillo en un área libre de humo.

— ¿Sabes que está prohibido fumar en las instalaciones escolares? —soltó cuando se acercó un poco al albino.

La cabeza del contrario se giró para mirarle, un rostro indiferente y luego le extendió el cigarrillo a él. Una clara invitación.

— Yo no le hago eso —dijo simplemente.

Los ojos azules se entrecruzan de manera acusatoria.

— ¿Me estás jodiendo?

El tono de voz del contrario daba a entender que no creía en lo absoluto lo que estaba diciendo el pelinegro. Geto no hizo nada para sacarlo de su error.

— ¿Hablas enserio? ¿Con esa pinta y no le haces esto?

— ¿Qué clase de pinta tengo? —Suguru se paró derecho y metió ambas manos en los bolsillos. Quería saber qué era lo que le decía su apariencia al contrario.

El esposo de la estrella de Rock² ⇴SugusatosuguDonde viven las historias. Descúbrelo ahora