Cap. 6

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Suguru no podía creer todo lo que salía de la boca de ese albino idiota, ¿El se creía de verdad lo que decía? Tenía que estarles tomando el pelo, porque si todo lo que hablaba era cierto, el pelinegro tenía que cuestionarse la salud mental del chico.

Choso se había reído de él cuando le habló sobre cómo parloteaba el degenerado, como solía llamarlo hoy para no levantar sospechas de la identidad a sus amigos.

— ¿No estarás dudando de tu sexualidad por él? —cuestionó Choso mientras leía un libro en su pufs de siempre.

Geto le entrecerró los ojos, ¿lo estaba escuchando realmente? Había un claro enamoramiento no oculto de Suguru hacia Shoko, lo único malo era que la chica no se daba cuenta.

— No, es creo... que mi rival. —dijo mientras conectaba el bajo— Comienzo a sospechar que le gusta Shoko, él parece una clase de gusano a su alrededor. No puede hacer nada sin ella. ¡Quisiera poder desaparecerle o algo!

Los ojos negro y hundidos del contrario lo miraron por unos segundos. Y luego continuó con su lectura.

— ¿Te vas a callar sobre esto?

— Y luego sabes qué más, hay una clase de movimiento extraño entre las chicas para conquistarlo —continuo sin prestarle atención a su amigo— Le siguen mandado flores aunque él las rechaza, digo hombre si a mí me enviaran flores todos los días las juntaría para dárselas a mi madre y quedar como un buen hijo.

Choso paso a la siguiente página del libro, estaba claro que Geto solo quería quejarse sobre este nuevo tipo que claramente le estaba moviendo el piso, pero él no lo notaba. Él esperaba el momento en que se diera cuenta, lo aceptaría y estaría justo ahí para poder reírse un buen rato y recordar todo eso.

Amaría cada maldito segundo.

— Pero no, el señorito perfecto no las acepta y luego se va...

— ¿Es grosero cuando lo hace?

— No

— ¿Entonces de qué diablos te quejas, hombre? —le gritó exasperado el dueño del lugar— Ya quisiera yo que la chica que me gusta me mandará por un tubo de buena forma, si es educado muy a pesar de que eso pasa todos los días, todo el tiempo, ¿Eso no quería decir que es una buena persona? Digo, si fuera yo hace tiempo que me habría estado y mandaría por un tubo a todo mundo, de la peor forma posible.

Geto se detuvo en sus movimientos y observó a su amigo que de nuevo retoma la lectura, no había pensado en eso, solo en cómo le molestaba su existencia del albino. Suspirando fuerte y sin algún argumento claro para continuar quejándose se tallo el rostro.

Antes de que Suguru volviera abrir la boca una motocicleta se escuchó, luego de unos minutos Sukuna llegó con aún su uniforme escolar y una mochila más grande de lo normal.

— ¿Qué te pasa a ti? —preguntó Choso al observar el semblante inusualmente seria del rubio.

— Me quedaré en tu casa hoy —señaló al de ojeras, quien le entrecerró los ojos en respuesta.

— ¿Acaso te invite?

Una sonrisa que no llegó a sus ojos se extendió por el semblante de Ryomen.

— Pues mas vale que lo hagas, por que tal parece que hoy conocere a mi medio hermano —dijo mientras avanzaba al pufs y dejaba caer al lado de las piernas de Choso su enorme mochila— Y si esto no sale bien, justo como creo que saldrá, no me iré a la casa a ver el rostro cansado de mi madre.

El esposo de la estrella de Rock² ⇴SugusatosuguDonde viven las historias. Descúbrelo ahora