Cuando Suguru Geto salió de clases se encontró con sus dos amigos recargados en la pared de siempre y con mala cara. Sabía cuál era la razón por la que estaban ahí, el uniforme ligeramente desordenado de Choso lo delataba y la mueca de querer matar a alguien de Ryomen se lo confirmaba.
Así que decidió que no podía hablar de eso en ese instante y caminó en la dirección contraria a donde se encontraban.
Pero no llegó muy lejos antes de que comenzará a escuchar los gritos de Ryomen quien pedía que diera la cara y regresará. No lo escucho por supuesto, pero eso no detuvo al rubio de correr en su dirección.
— ¡Detente ahí hijo de perra! ¡Regresa y ven a darme la cara!
Geto podía escuchar los ladridos molestos del contrario más cerca por lo que apuro el paso mientras comenzaba a reírse.
De los dos Suguru siempre había sido el que tenía mejor condición física para correr largas distancias, algo que le debía al hecho de practicar básquet desde una edad temprana. Así que Ryomen no lo alcanzó por un buen tramo, después de girar en una esquina y mirar detrás de él no logró identificar la figura de su amiga. Asumió que se había dado por vencido, bajó de velocidad y entró a una tienda de conveniencia para comprar algo para beber.
La dependienta era atractiva, le había hecho ojitos y había dejado su número de celular en el ticket de compra, Suguru no tenía cabeza para lidiar con líos amorosos en ese momento. Los problemas de sus amigos lo estaban consumiendo y aún no sabía cómo se desarrollaría el lío de la banda y los ensayos.
Tiró el ticket con el número a la basura en cuanto pudo, dió vuelta en la calle siguiente y chocó contra él cuerpo de alguien. Estaba a nada de comenzar a disculparse o reñirle al contrario por no ver por dónde iba cuando alzó los ojos y se topó con unas ojeras que conocía lo suficientemente bien.
— Mierda
Ambas cejas de Choso subieron y su boca hizo una mueca ligeramente parecida a una sonrisa.
— No debiste detenerte cariño —le murmuró el azabache.
Con un suspiro lastimero Geto acepto que Choso lo llevará a donde sea que se encuentre el rubio platinado loco de su amigo en esos instantes.
Ambos entraron a un parque no muy lejos de donde se encontraron, el pasto estaba verde y los árboles frondosos; había poca gente en el área por la hora que era. Geto no logró vislumbrar donde se encontraba Ryomen hasta que no se internaron un poco más en la zona boscosa, ahí había más árboles que pasto y maleza que rodeaba los troncos de los árboles, así como rocas de gran tamaño.
Ahora Suguru estaba algo molesto, una rama medio seca había impactado en su cabeza dejándole con su cabello lleno de hojas secas y un poco de tierra.
— ¡Deja de hacer esa horrible cara de molestia! El único que debe de estar enojado aquí soy yo —Ryomen estaba no muy lejos de ellos en ese momento, sentado arriba de una roca grande que lo hacía ver un poco más alto de lo que era.
Suguru intuía que había decidido su ubicación con la única intención de intimidar a su oponente. Ellos, o él en ese caso.
— ¿Puedes dejar de actuar como un crío? —cuestiono Suguru.
— No, porque esto me involucra y ustedes dos malos amigos jamás pensaron en decírmelo —los señaló a ambos, en ese instante el de cabellos rubios se sentía un juez dando su sentencia a sus camaradas— ¿Cuando pensabas decírmelo? ¿Eh? ¿Hasta que llegara el día del ensayo y me chocará con alguien que luce exactamente como yo? ¿Ustedes no me odian lo suficiente o que?
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El esposo de la estrella de Rock² ⇴Sugusatosugu
FanfictionGeto había logrado su cometido, que el mundo entero supiera que Satoru Gojo era su esposo y que nadie podía quitárselo. Y a la par había salido de la empresa poco confiable que los explotaba a él y a su banda, ahora tendrían que iniciar desde cero b...