Cap. 24

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Suguru seguía escuchando a Ryomen defender el nombre extraño y deforme que les había colocado justo después de que Choso le dijera que Maldiciones no podía ser su nombre. Tenían varios meses llamándose Real Black, que para el pelinegro seguía siendo insípido y no generaba nada.

Hakaria había votado por cambiar el nombre e Itadori igual, Choso desde un inicio quería cambiarlo pero no tuvo tiempo de pensar en uno mejor, Suguru no quería seguirle el juego al rubio cenizo de nuevo y ser el hazme reír de todos lados, pero ahora estaban a nada de concretar una reunión con tal vez un agente que podría hacer real todo su mundo y tenían que ir pensando en otro nombre para usar.

— Me voy de aquí, los espero en la camioneta —Suguru salió del lugar en donde todos seguían discutiendo.

El pelinegro no tendría tantas ganas de salir corriendo de ahí si no fuera  porque un albino espectacular y hermoso lo esperaba afuera. Los mensajes seguían llegando y amenazando con ponerle un GPS si no salía de ahí para darle un beso, Suguru no era nadie para negarle un beso a su novio.

En cuanto salió lo primero que hizo fue buscar el automóvil rojo de su amado, Satoru no sabía cómo ser discreto asi que debía de traer su auto de siempre, también esperaba que trajera su cabello blanco suelto para que todo el mundo lo viera, le encantaba ser el centro de atención. Pero no, el heredero de los Gojo traía unos lentes negro, una gorra negra y estaba parado recargado en una camioneta negra; si no fuera porque Suguru se había vuelto un experto en identificar la figura del contario jamás creería que ese era su novio.

— ¿Me esperaste mucho rato? —cuestiono el pelinegro.

Satoru se giro y lo observó, aún traía los vaqueros rotos, la musculosa y el cabello revuelto y húmedo.

— Si ¿Así va a funcionar esto?

— ¿Cómo?

— Bajo amenazas —Satoru tomo la mano derecha del contrario e impacto ambos cuerpos.

Los dedos delgados de Satoru tomaron las mejillas del pelinegro y luego impacto sus labios. El beso era lento y profundo, un saludo, la bienvenida y reencuentro después de horas de estar lejos. Para el albino verlo en el escenario tocando con el bajo entre sus manos había sido completamente excitante. Y necesito de todo su autocontrol para no subirse al escenario y llevarlo a los baños para follar.

El beso se volvió más brusco cuando las manos firmes y gruesas de Suguru bajaron hasta los glúteos del delgado, apretando y haciendo que el albino diera un brinco de sorpresa. Una sonrisa se extendió en los labios del pelinegro y Satoru aprovecho para pasar sus brazos por detrás de la cabeza de Suguru.

Sus cuerpo estaban separador solo por la ropa que traían puesta, las caderas de Suguru se movieron lento y de los labios rosados del albino salió un gemido que el contrario callo con su boca.

Suguru guío el cuerpo del albino hasta que impactara contra la camioneta, y el beso se volvió más brusco. La gorra que traía Satoru le molestaba pero no quería arriesgar a que fuera reconocido por nadie y mucho menos con todo el espectáculo que estaban dando.

Las ligeras embestidas atraves de la ropa solo estaban poniendo a Satoru más que emocionado, y por mas que le gustaría que ambos subieran a la parte trasera de la camioneta, lo cierto era que tenia un guardaespaldas que su madre había enviado y que le contaría todo a la señora Gojo, y el seria acribillado con preguntas y acusaciones sobre indecencia. Tampoco le quería dar un espectáculo al hombre que lo había protegido desde que tenia ocho años ¿Qué tan traumático seria para él? 

Cuando la mano del bajista se introdujo dentro de sus pantalones exponiendo un poco la piel de su cadera, el albino se separo del beso abrasador que lo estaba haciendo sufrir por oxigeno. 

El esposo de la estrella de Rock² ⇴SugusatosuguDonde viven las historias. Descúbrelo ahora