Cap. 8

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— Fumar en las instalaciones de la escuela esta prohibido

Suguru creyó que jamás volvería a decirle nada al albino, pero verle ahí afuera sentado de nuevo fumando mientras el viento azotaba su cabello y lo revolvía, hizo que se sintiera molesto. 

— Deja de ser un dolor en el culo y toma uno —Satoru le extendió la cajetilla abierta en su dirección. 

El pelinegro suspiro, ¿ese chico tenia acaso memoria a corto plazo? Esta conversación era como un deja vu para él, pero parecia que para el contrario aquella vez solo había sido una conversación sin importancia con una persona de la calle. 

— No le hago a eso —repitió.

— ¿No? —el albino sonó confundido por completo como si eso no encajara— Raro. 

Geto comenzaba a molestarse, tenia muchas ganas de patear al contrario y que se largara de ahí. Pero aun así ahí estaba siguiendo la conversación del otro sin largarse.  

— ¿Raro porque? —no quería preguntar, ya sabia la razón. Pero estaba pensando que si el contrario estaba llevando eso al mismo lugar de antes debía de ser alguna clase de broma y quería ver hasta donde llegaba.  

— Por que tienes toda la pinta de hacerlo —el humo del cigarrillo salió lento de entre sus labios. 

Una vena se broto en la frente del pelinegro, se estaba molestando de verdad ¿es que acaso este chico podía ser mas imbécil?  

— Yo también juraba que tenias toda la pinta de un niño rico que tiene automóvil, pero aquí estas esperando de que pasen por ti —soltó sin pensarlo mucho. 

— No tengo porque darte explicaciones, pero te diré que si tengo, para tu información

¿Eso a él que le importaba? 

— ¿Y...? 

— ¿Cómo que y? —se giro el albino a verle directo al rostro. 

Geto observo por un instante la vacilación en los ojos del contrario, no entendía que miraba tanto iba exactamente igual que siempre, solo su cabello había sido recortado para que no obstruyera su visión y se había quitado la camisa del uniforme ya que terminaba de salir del entrenamiento y la musculosa dejaba al descubierto sus brazos.  

— Pues si ¿Por qué no te vienes en él?  

— ¿Tanto te quieres subir en mi coche? —la lenta sonrisa que se extendió por lo labios del albino le recordó a las de Sukuna de nuevo. En tan solo unas interacción había identificado un patrón en ambos y se parecían demasiado.  

Siguió observando la sonrisa socarrona en el rostro del contrario. 

— ¿No sabes identificar una critica, niño rico? 

Un ligero deje de molestia cruzo el rostro del contrario, la sonría murió lentamente mientras le daba una ultima calada al cigarrillo en sus labios, todo sin cortar el contacto visual del ambos. Suguru lo estaba tomando como un reto ¿el creía que lo intimidaría con esa mirada exótica? Estaba equivocado. 

Había creído rodeado de las miradas de muerte de Sukuna y Choso cuando se molestaban, los ojos anormalmente rojos del primero lo hacían parecían poseído la mayor parte del tiempo y el segundo era experto en hacer sentir miserable a las personas solo con mirarlas.  Una mirada tan pura y cristalina como la de Satoru no lo incomodaría en lo absoluto. 

Un automóvil negro se detuvo frente a ambos y de este bajo una persona en traje mientras se inclinaba un poco observo al albino aun sentado en la vereda. 

El esposo de la estrella de Rock² ⇴SugusatosuguDonde viven las historias. Descúbrelo ahora