Cap. 20

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Suguru había pensado muy bien todo, incluso desde antes de que Satoru aceptara sus disculpas y luego lanzara la amenaza de no dejarlo ir después él estaba dispuesto a todo con el de cabellos blancos, por lo que no lograba entender porque demonios no se había lanzado a besarlo en esa ocasión y lo dejo ir tan tranquilo. ¿Por que? ¿Acaso tenia alguna clase de retraso mental de que nunca se había dado cuenta? ¿Su madre sabia que era medio tonto como para alentarlo todo el tiempo?

Pero sobre todo Suguru odiaba no haberlo hecho y poner tantas cosas en claro desde esa ocasión porque así se estaría ahorrando sucesos como esos, ¿Por qué el albino tenia que estar rodeado de mujer y todas eran chicas aspirantes a modelos?

El albino se veía de lo más tranquilo en el pasto semi recargado en el tronco del árbol rodeado de mujeres hermosas que reían y algunas le acercaban la comida a la boca. Todas ellas reían seguido por lo que contaba el de ojos azules con emoción.

Geto se había escondido detrás de un matorral como un acosador, no tenia ni una sola excusa por lo que estaba haciendo, no. El incluso se sentía como una de esas personas en el grupo de internet que adoraban y perseguían a Satoru como si fuera alguna clase de premio. No quería pensar en lo tan sucio que lo hacia sentir eso.

Su puño de aprieto. ¿Qué clase de sinvergüenza era él? ¿Lo que le había dicho la otra noche era mentira solo para jugar con él?¿Creía que era tan fácil hacer eso y no sufrir las consecuencias?

Satoru mencionó algo y la chicas volvieron a reír, Shoko le riño mientras señalaba con él dedo para luego lanzarle un paquete de galletas en el pecho.

Parecía estar pasándola bien, la verdad es que ninguna de las chicas parecía estar coqueteando con él, todas se veían alegres y mas haya de mirar en repetidas ocasiones al albino nadie intentaba tocarle la mano, el pecho o alguna parte de su cuerpo, caso contrario con algunas de sus compañeras de escuela. La ansiedad creciente en el pecho del pelinegro comenzó a menguar, ellos parecían amigos no tenia porque estar pensando en nada extraño. Esperaba.

Gojo se veía cómodo y natural, Geto se preguntaba si en algún momento podrías llegar a estar de esa forma con él, así uno al lado del otro, sólo existiendo. Miro en otra dirección, en el pasado a pesar de sus encuentros fortuitos jamás habían llegado mas haya de dormir un rato después del encuentro sexual, jamás a ese nivel de confianza y tranquilidad que desprendían todas.

Negó con la cabeza y se puso de pie, saldría de ahí antes de seguir pensando tonterías. Era obvio para él que Satoru estaba cómodo y no quería ser quien arruinara su tranquilidad.

— ¿Ya te aburriste de mirarme? —preguntó una voz a espaldas del pelinegro.

¿En que momento se había movido de lugar? ¿Estaba tan absorto en detenerse a si mismo como para no notar como alguien se acercaba lentamente a él?

— ¿Qué? —casi gritó mientras se giraba.

— ¿Creíste que no me daría cuenta de que alguien me observaba desde los matorrales? —le cuestiono— Fui entrenado para notarlo, así evitaría otro intento de secuestro...

— ¿Qué?

Estaba en shock, esa información no existía por ningún lado en internet ¿El heredero del clan Gojo había sufrido un intento de secuestro? ¿Cuándo?

— ¿Es lo único que vas a decir hoy?

Antes de hablar el pelinegro se quedó callado.

— ¿Te comieron la lengua los ratones? —cuestiono de nueva cuenta— Porque si fue hacía tienes que decirme quienes eran esos ratones, nadie puede poner sus manos sobre algo que me pertenece...

El esposo de la estrella de Rock² ⇴SugusatosuguDonde viven las historias. Descúbrelo ahora