Cap. 16

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Suguru estaba pensando que su madre podía tener razón sobre estar enamorado o amar a alguien cuando la voz increíblemente condescendiente e irónica de Satoru le dijo al día siguiente:— ¿Disfrutaste tus cinco minutos de fama en un lugar nuevo?

La voz de Satoru olía a menta, y Suguru no quería pensar en la increíble cantidad de espacio insistente que los separaba para que él pudiera identificar eso.

— ¿Cómo se llamaban? ¿Real que?

El peliengro suspiro, justo ahora el increíble diálogo de un amor joven que había dado su madre le parecía estúpido. ¿Cómo podía amar a alguien que se burlaba de algo tan preciado para él como su banda?

Aunque si eran equitativos Suguru le había dicho cosas peores en los baños del bar.

— ¿Tanto te gusta tu voz que no puedes callarte?

Ahi estaba la increíble realidad de sus interacciones, no eran amables el uno con el otro. Suguru odiaba el tono condescendiente de Satoru y solo podía responder con comentarios mordaces para herirlo.

La mirada que le feifdo el pelinegro era mortal, no quería verlo y no entendía como es que Satoru se había acercando a el de esa manera cuando había llegado a un acuerdo en los baños del bar.

La sonrisa en el rostro de Satoru creció y eso solo lanzo un escalofrío por la columna del albino.

— Ya te he dicho muchas veces que puede callarme

¿Lo había hecho? Suguru estaba casi seguro que no, era más como que el lo había descubierto por sus propios méritos, pero ahora no podía aplicar eso porque ya no tenían nada de lo que sea que había antes entre los dos.

El peliengro lo observo por unos segundos, no entendía al albino para nada. ¿Dónde había quedado ese espero que no me vuelvas a dirigir la palabra? ¿Acaso era bipolar? ¿O tenía un hermano gemelo y ahora estaba justo frente al otro?

¿Si Satoru había dado el primer paso en su dirección eso era una señal de que lo dicho en el bar era mentira o había quedado atrás?

No entendía nada.

Pero no, no podía hacer eso. Los niños y los borrachos dicen la verdad, y puede que Satoru no recordara lo que había dicho esa noche, pero eso no quería decir que fuera mentira o no lo sintiera. Suguru tenía que dejarlo en paz.

Se alejo sin contestar nada a su intento de coqueteo nada casual, el Satoru borracho parecía herido de verdad y el no estaba enamorado como para hacerle algo de lo que se arrepentiría después.

Dos días después mientras Saguru entraba con ojeras por la puerta del aula, era un viernes y la noche anterior habían tenido una tocada de último momento que les encantaría haber podido declinar pero dinero era dinero y ellos lo necesitaban, un taxi los había chocado mientras giraban por una avenida.

Habían terminado en urgencias Hakari se había esguinzadon un pie, y Choso se lesionó una mano, nada grave pero les hicieron un checo a todos. El collarín apenas lo dejaba moverse con libertad y podía sentir las gotas de sudor comenzar a deslizarse por su cuello.

Estaba seguro que para ese instante todos sabían del accidente.

— ¿Te encuentras bien? —se escucho la voz del albino a sus espaldas cuando estaba en los lavabos.

Realmente Suguru no sabía que tan borracho estaba el albino esa noche en el bar como para no recordar nada de lo que había dicho o si solo estaba fingiendo demencia para ver si caía.

— ¿Que? ¿Te importa? —preufnto mirándole atrsves del espejo.

— Si no me importa no estaría preguntando...

El esposo de la estrella de Rock² ⇴SugusatosuguDonde viven las historias. Descúbrelo ahora