Cap. 13

984 159 61
                                    

Los encuentros con Satoru se habían vuelto algo más complicados, por lo general el albino lo esperaba los días que no tenía ensayo con la banda en el estacionamiento de la escuela, después de su práctica e iban a la casa de Suguru para tener relaciones sexuales y luego el albino se iba a casa unos minutos antes de que la madre del pelinegro llegara.

Si la mujer se había dado cuenta que su hijo metía a alguien en la casa o no, Suguru no lo sabía.

— ¿Cómo van los entrenamientos? —pregunto Choso un sábado cuando ambos estaban metiendo todo en la camioneta para ir a tocar.

— Bien, hemos tenido dos partidos —comenzo el pelinegro mientras recogía unos cables— El viernes pasado fue un desastre, pero el partido del miércoles nos fue mejor, ganamos.

— ¿Ah sí? Que bueno

Suguru identifico el tono extraño en la voz de su mejor amigo, alzó un ceja.

— ¿Por qué preguntas? —era extraño el comportamiento contrario.

— Solo curiosidad, digo solo vienes a los ensayos y no te vemos otro día, asi que creo que debes de estar concentrado mucho en el básquet...

Geto se incorporó poco a poco después de meter un amplificador en la camioneta y observo a Choso recargado en esta mirándole.

— Debo de estar concentrado, es mi último año y no creo volver a jugar básquet con un equipo —se apresuró a decir— Intento disfrutarlo tanto mientras dure.

Choso lo miro por unos largos segundos, algo le decía que eso había sido una mentira entre dientes, pero también conocía lo suficiente a su amigo como para saber que esa era una razón también. Pero no estaba seguro, algo le decía que había algo más ahí.

Pero mientras eso no afectará a la banda estaba bien, esperaba que Suguru supiera manejar lo que sea que sucedía.

— Bueno, solo no dejes de venir a los ensayos y contesta nuestros mensajes —sin más se alejo dentro de la casa.

Suguru lo observo durante unos segundos y luego soltó un suspiro eso había estado cerca, no le sentaba bien mentirle o ocultar la verdad a su mejor amigo, pero esto no lo involucraba solo a él. Y tampoco era algo serio que duraría más de algunos meses, sabía que habría un momento en el que el albino se cansaría de él y me votaría por algún otro juguete, así que solo intentaba obtener todo el placer que pudiera de parte de Satoru para no sentirse insatisfecho cuando lo dejarán.

— ¿Con quién estás cogiendo? —se escucho la voz de Sukuna a espaldas del pelinegro.

Un salto y grito salió de lo profundo de la garganta del pelinegro, y luego se giro para encontrar al platinado con su mochila en la cabeza. ¿Qué estaba haciendo ese chico?

— ¿Que mierda? ¿A qué hora llegaste? —le miro mal.

Una risa burlona salió de los labios del pelinegro.

— ¿Te asustaste?

— No

— Si, lo hiciste. Hasta gritaste —la risa se volvió más fuerte y burlona— Entonces es cierto, ¿A quien te estás cogiendo?

Suguru observo a Ryomen solo unos segundos antes de mentir completamente.

— A nadie

— Eso no funciona conmigo —señalo el platinado, luego señaló a la casa— Tal vez con el virgen si, pero no me puedes mentir a mi. Se camo se ve uno después del sexo de su vida. Así que dime ¿Quien es? ¿Le conozco?

Suguru le miro mal.

— Deja de ser un chismoso. Yo no ando por ahí preguntándote con cuántos te acuestas...

El esposo de la estrella de Rock² ⇴SugusatosuguDonde viven las historias. Descúbrelo ahora