Una navidad junto a ti (Gadri)

Cuidar de él

No estaba prestando atención al entrenamiento, no estaba haciendo caso a las indicaciones que le estaba dando Xavi, sintió la mirada de Ferran.

—¿Qué te pasa? Pareces que estás en otro mundo, despabila tío —le alboroto el cabello.

—Es Pablo —dijo, para luego poner sus brazos en forma de jarra—, estoy preocupado por él.

Ferran le pasó el balón a Fermín.

—Pues ve a verlo, ya va una semana desde que te dije que fueras, pero eres tan cobarde que no lo haces.

Pedri bufó molesto, no era un cobarde, solo que no sabía que hacer, se le había declarado a Gavi y él no le había vuelto a hablar, Pedri no sabia que esperar.

—¡Ferran, Pedri dejad de estar hablando! —les gritó el míster.

Los dos volvieron a hacer los ejercicios, Pedri solo quería regresar a casa y dormir, últimamente se ha sentido cansado, tal vez el aburrimiento lo está matando, extraña al pequeño revoltoso. El entrenamiento llegó a su fin, Xavi lo llamó.

—Estás en problemas canario —dijo Balde pasando por su lado.

Pedro rodó los ojos, no había ninguna razón por la que estaría en problemas, bueno tal vez le dé un sermón por haber estado distraído.

—Necesito hablar contigo sobre Pablo —dijo el míster cuando él estuvo a su lado.

Pedri no se esperaba eso.

—¿Conmigo? ¿Por qué?

—Porque tú eres muy cercano a él —puso una mano en su hombro—, mira sé que Gavi no está pasando por el mejor momento, Fermín me ha dicho que él se ha encerrado en su habitación, su familia está preocupada y al parecer la ayuda psicológica no está ayudando.

¿Ayuda psicológica? Ja, eso no le servía a Pablo, porque la psicóloga no hacía bien su trabajo, Pedri había investigado un poco sobre quien atendía a Gavi, en primero Ansu habló con él y le dijo que Samantha, la psicóloga, no servía para nada que incluso a veces puede llegar a arruinar más la salud mental de los jugadores y por si fuera poco, se enteró que ella tenía un gusto por él, lo cual le molestó de sobre manera porque ella solía preguntarle a Pablo sobre él.

—Estoy al pendiente de él estado de Pablo, pero últimamente me he sentido cansado y por eso no he podido ir a verlo.

Xavi asintió, entendiendo que Pedri estaba cansado por los estrenos y los juegos.

—Haz el intento de ir a verlo, tal vez puedes hacer que su ánimo mejore.

Claro, pensó Pedro, la verdad era que no sabía si el humor de Pablo se fuera a mejorar con su visita, ambos de alguna forma se han estado ignorando, ninguno llama, ninguno manda mensajes.

—Lo intentaré.

—Bien —le dió unas palmadas en la espalda—, ya te puedes ir.

Pedri le sonrió y caminó hacia los vestidores, al parecer tendría que ir a ver al sevillano, se metió a las regaderas, el agua estaba fría y tal vez eso le podia ayudar a pensar que haría cuando viera a Pablo, si es que este dejaba que lo viera, cuando su piel entró en contacto con él agua fría, un recuerdo vino a su mente.

Flash-back

"Estaba brisando, él odiaba el frío que hacía afuera, se había preparado un poco de chocolate caliente para entrar en calor, empezaron a tocar la puerta. ¿Quién lo molestaba a esa hora? Al abrir la puerta se sorprendió, Pablo estaba ahí de pie con la ropa mojada.

—¿Qué-

—Me estoy muriendo de frío —habló el menor abrazándose a sí mismo.

Pedri reaccionó.

—Lo siento, por favor pasa.

Se hizo a un lado para que él pasara y luego cerró la puerta detrás de sí, guió a Pablo a la sala.

—Lamento venir sin avisar, pero odio los truenos y estoy solo en casa, así que quise darte una sorpresa ¿y Fer?

Pedri seguía sin creer que él estuviera ahí, temblando de frío.

—En canarias —respondió, tomó la mano de Pablo estaba helada—, ven tienes que cambiarte, te prestaré ropa, dios Pablo debiste de llamarme para que fuera por ti.

El menor se sintió apenado, no le molestó que Pedri lo guiará a su habitación de la mano.

—No quería molestar.

El canario negó.

—Nunca molestas Gavi, ve al baño a darte una ducha caliente, yo buscaré ropa.

Pablo asintió e hizo lo que Pedri le indicó, se metió al baño, su cuerpo se relajó al entrar en contacto con el agua tibia, por otro lado, Pedri sacó una de sus sudaderas, un bóxer limpio y un pantalón de pijama, seguro eso le quedaba a Pablo.

—Venga Pablo ya sal del baño —habló Pedri, pues el sevillano llevaba casi 15 minutos en la ducha.

Pablo salió con una toalla amarrada a su cintura, esa fue la primera vez que Pedri se sintió incómodo al ver el cuerpo de Gavi.

Luego de darle espacio para que él se vistiera, Pedri fue a hacer otra taza de chocolate caliente, se sentó en el sofá esperando que Pablo bajara, cuando lo hizo se le escapó una sonrisa al verlo con su ropa.

—Creo que me queda mejor a mi que a ti —se sentó a su lado.

—Ni en sueños Pablito, toma te prepare chocolate caliente —le pasó la taza y puso una película.

Un estruendoso trueno se escuchó, Pablo se sobresaltó.

—Mierda —dijo poniendo la taza en la mesita de la sala.

—Ven aquí —lo llamó Pedri, él se acercó y dejó que el canario lo abrazara—, todo esta bien, estoy aquí, no te va a pasar nada."

Salió de las regaderas, extrañaba esos momentos, se puso su ropa, los demás ya se habían ido, no podía dejar las cosas para después tenía que ir a ver a Pablo, incluso si esta no lo dejaba verlo, tenía que intentarlo.

Le mandó un mensaje a su hermano, avisándole que llegaría más tarde. Manejó hasta la casa de Pablo y se permitió respirar un poco, se bajó del auto y fue a tocar el timbre, Aurora lo dejó pasar.

—Me alegra verte, me ha sorprendido que no hayas venido antes.

—No me sentía bien, estuve muy cansado.

Aurora lo miró y le sonrió, entendía su situación y sabía que no era cansancio, sino nervios por ver a Pablo ahora que ya se le había declarado.

—Él está en el mismo lugar de siempre, ya se tomó sus medicinas, mis padres han salido y yo, —lo miró—, tengo que salir porque quedé de verme con mi novio, así que por favor cuida de él.

Pedri no esperaba eso, cuidar de Pablo no era algo que le molestara, pero no sabía si Gavi quiera que él lo cuide.

—Bueno, yo supongo que puedo.

Aurora tomó sus cosas, le dio un abrazo a Pedro.

—Mil gracias —se fue dejando solo a Pedri quien tendría que aguantar y cuidar al malhumorado de Pablo.

El canario suspiró le esperaba unas largas horas al lado del sevillano.