Estaré contigo

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Pedri

Marqué el número de Gavi, pero no contestó, lo volví a intentar, pero terminó en lo mismo. Tal vez apagó el móvil para no tener que leer estupideces que la prensa llegan a decir, o tal vez no quería leer comentarios ofensivos o sólo no quería responderme.

Cuando desperté fuer por la llamada de Ferran que me contó sobre la lesión de Gavi y como este se había puesto cuando se enteró de la gravedad de esta, le contó sobre la mirada pérdida que el sevillano tenía, sobre su llanto en la enfermería, sobre su bajón de ánimo, y como había mirado por largos minutos su celular, y cuando le preguntó que es lo que miraba, Ferran me dijo "estaba mirando tu nombre, quería llamarte, pero al final bloqueó el celular."

Debió pensar que no lo quise llamar, pero no era eso, carajo me sentía tan cansado y además pensé que no era nada grave, nunca dejaría solo a Gavi, por eso lo llame luego de colgar a Ferran, pero no respondía y me estaba preocupado, sabía que llegaría a Barcelona en la madrugada y tal vez esa era la razón por la que estaba conduciendo hacia la casa de Pablo, necesitaba saber que él estaba bien, tenía que abrazarlo o solamente verlo. Cuando aparqué el auto, llame a Aurora, estaba seguro que ella sí me contestaría.

  —¿Pedri? ¿Qué sucede?

—Lamento haberte llamado a esta hora, pero estoy afuera de tu casa y solo quiero saber algo sobre Gavi, él no ha respondido mis llamadas y estoy preocupado.

Escuché un poco de ruidos al otro lado.

—¿En serio estás afuera de la casa?

Me acomodé en mi asiento.

—Sí, ¿él cómo está?

Escuché un "aurora" y reconocí la voz de Pablo.

—¿Pedri?  —su voz ronca — Lamento no haberte respondido, pero apagué mi celular y yo-espera ¿estás afuera de mi casa? Pero deberías estar descansando, yo, dame un momento.

Colgó la llamada, creo que es hora de irme, ya vine aquí ya lo escuché, sé que no está bien.

La silueta de Aurora apareció, bajé el vidrio y me saludó con la mano, me hizo una seña para que me acercará tuve que bajarme del auto y acercarme.

—Hace frío, deberías entrar, Pablo está en su habitación ya conoces el camino  —me sonrió.

Le devolví la sonrisa y subí las escaleras, no era la primera vez que visitaba la casa de Gavi, incluso ya me he quedado dos o tres veces a dormir, era agradable pasar tiempo con ese revoltoso, además me divertía hacerlo enojar, toqué la puerta y escuché un "pase".

—Es de madrugada.

Rodó los ojos.

—Wao, que inteligente que eres Pedri.

Negué con la cabeza, alguien no estaba de humor.

—¿Por qué tu vuelo-

—No habría gente molestando y podría salir mejor del aeropuerto.

Miré su cama y él asintió, me senté cerca de él, su lámpara de noche estaba encendida, la luz de esta alumbraba su rostro y podía ver el rastro de llanto en sus ojos.

—¿Cómo te sientes?

Sonrió sin gracia y me miró.

—Muy bien, en realidad si notas mis ojos hinchados es porque he estado llorando de alegría, España ganó el partido eso me pone muy feliz, además regresé a casa.

Me acomodé mejor en la cama, acaricié su rostro.

—Spirit, solo estoy preocupado por ti y quiero ayudarte a sentirte mejor, por eso necesito saber como te sientes.

Una navidad junto a ti (Gadri)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora